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Estimados señores,
Les escribimos en relación a la publicación de su entrevista a Susana Arribas el pasado día 26 de marzo.
Somos propietarios de varios caballos que han estado en esas instalaciones bajo un régimen de pupilaje hasta que hace varios días decidimos finalmente sacarlos de allí. Nuestra decisión se ha basado en la malísima gestión del centro ecuestre que están haciendo las nuevas arrendatarias, Susana y su socia.
Desde que ellas están a cargo de todo lo que allí sucede el cuidado de los caballos se ha visto empeorado notablemente tanto en relación a la alimentación (tipo de comida y cantidad muy inferior y ningún cuidado en que los animales dispusieran de algo tan básico como agua limpia), como a la limpieza de la cuadras (en ocasiones hemos tenido que realizarla nosotros mismos debido a las deplorables condiciones de suciedad que nos encontrábamos cuando ibamos) como al bienestar general de los animales (como por ejemplo no sacándoles de las cuadras a los prados durante semanas enteras sin que ni siquiera se nos notificara).
Hay que recalcar además, que desde el comienzo de su gestión en octubre no se ha hecho ninguna mejora en el centro a excepción de reparar los baches del camino de acceso. Las instalaciones están sucias y descuidadas. En las últimas semanas incluso permanecía cerrado con candado el único baño del que se dispone.
Han pasado por el centro varios “profesores” para dar clases de doma desde que Susana y su socia llegaron y no han durado más de un par meses o incluso menos. No han podido garantizar en este sentido ningún tipo de continuidad, ni estabilidad, ni calidad de enseñanza. Al contrario.
Por lo que desgraciadamente durante estos meses con ellas al frente lo que era un sitio de ocio, relax y distendimiento, donde íbamos felices a disfrutar de nuestros caballos, se ha convertido en un sitio desagradable, ya que no solo no se preocupan por los caballos, sino que además el trato personal que recibimos es lamentable (incluso intimidatorio por parte del personal que tienen contratado hasta el punto de tener que llamar a la policía) y la clara impresión que da es que lo único que las importa es la parte económica del negocio. Sin tener en cuenta que la equitación es una actividad donde la relación emocional entre jinetes y caballos es sumamente importante y hay muchos sentimientos en juego.
Jose, el propietario del centro, es una persona que siempre ha tenido un excelente cuidado con los animales y las personas. Con él estábamos todos tranquilos y felices sabiendo que los animales contaban con buenos cuidados y las atenciones necesarias. Siempre estaba pendiente de todo. Pero eso ya no es así. Con estas mujeres al frente del centro tememos por la integridad física de nuestros caballos. Por esta razón, tanto nosotros como la mayoría de los propietarios nos hemos visto obligados a marchar de allí y buscar otro sitio. Queda aún en pupilaje un caballo que ha sufrido una grave lesión porque le sacaron de su cuadra para una actividad sin el permiso de la propietaria y actualmente su movilidad es muy reducida.
Nos habría gustado que se hubiera contrastado algo de la información que se ha publicado y os ha proporcionado Susana Arribas en esta entrevista, porque cuando la hemos leído nos ha generado una mezcla de rabia y vergüenza, y por ese motivo escribimos esto.
Un afectuoso saludo,
Isabel Rodero Baños
Enrique Quilez Núñez
Celia Minguez Sebastián
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