Según la RAE, una denominación de origen es "un signo distintivo de carácter geográfico utilizado para singular aquellos productos agroalimentarios que deban su calidad exclusiva o primordialmente al lugar en donde se producen o elaboran".
Todo está muy bien hasta ahí, de hecho hay muchas marcas que se desmarcan de las Denominaciones de Origen y todo ello vinculado a su ego y a su adn empresarial.
Y hablamos del ego con toda su propiedad porque cuenta muy poco en las zonas de calidad, principalmente porque las marcas buscan auto identidad al margen de un consejo rector que lo único que promueve son normas que en la mayoría de los casos merman las expectativas empresariales de las bodegas adscritas en este caso hablando de bodegas como tal pudiendo transpolarse a otro producto agroalimentario.
Y quiero ir más lejos, las comunidades autónomas quieren gestionar todo eso, al margen de los consejos reguladores y para muestra, un boton: Rioja alavesa quiere separarse de Rioja por intereses comunitarios ajenos a la zona de calidad. Y en Castilla y León quieren agrupar todas las zonas de calidad en una supervisada por la comunidad autó noma.
Las bodegas o empresas son sabías y quieren desmarcarse de todo eso de unas normas que sólo ellas con el producto que tienen ofrecen calidad sin tanta presión y norma.
230 bodegas familiares de Rioja de pequeños productores se han salido del Consejo rector de la denominación, no de la zona de calidad, para desmarcarse del resto, resto que aglutina en 20 bodegas el 70% de la producción de la denominación de origen. Y que campean a sus anchas con el poder en los puestos de relevancia quedándose con la gran mayoría de los derechos de replanteamiento de viñedos nuevos y en zonas no aptas donde nunca había viñedo en prejuicio del pequeño productor.
Y si miramos la vista atrás, antes de la constitución de los Consejos Reguladores sólo se destilaba los vinos de mesa, ahora son los adscritos a las zonas de calidad.
Con todo ello auguramos un futuro incierto en muchas empresas enologicas y ver el camino a elegir.
No corren tiempos gloriosos para las Deos, pues individualmente se desmarcan las empresas aunque las comunidades autónomas quieran acapararlas.
Otro tema a tratar es el precio, el ipc de los productos incrementa el costo al consumidor final encareciendo el producto.
Necesaria es una reestructuracion formal para poder unos vinos de calidad y de origen sin tanta restricción y a un precio asequible.
Hay vinos con denominación de origen que son exentos de calidad porque no llegan al mercado en las condiciones idóneas de consumo porque el vino es un ser vivo en continuo progreso y muchas veces su vida ya ha acabado y no debiera estar en el mercado.
El futuro que está en juego de las empresas está en mano de personas afines a los intereses mutuos que muchas veces chocan pero pero la variedad del producto y el marketing de los productores tienen la clave.
Rafael Marín Hernando