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Otra vez la RPT sobre la mesa. Otra vez la comisión de Personal. Y otra vez los números que no cuadran. En teoría, debería ser el paso definitivo para ordenar una estructura municipal que lleva años pidiendo aire, fondos y trabajadores con menos favoritismos políticos. Pero los cálculos no salen. Ni aritméticamente, ni políticamente. Con los votos actuales (los que pueden votar, los que no están incursos en incompatibilidades) no hay mayoría posible sin recurrir a quienes últimamente se ha declarado “no grato”. Y ese es el punto de partida: o se dialoga con todos, o no hay RPT que salga adelante.
El problema no está solo en el fondo, sino también en las formas. Porque para que esta Relación de Puestos de Trabajo sea viable, se necesita más que una votación: se necesita negociación. Y no de las que se saldan con promesas de sillones en empresas municipales que todavía no existen, o con la creación de más escuelas “sin gobierno” y sin personal que las dirija con afán de “amiguismos”, también sobran debates en radios donde tres leones se enzarcen contra una sola persona, eso no es un debate señores es acoso y copar el debate en un tres contra una, haciendo invisible la opinión discordante, eso no es periodismo.
La política local se está acostumbrando a gobernar sobre lo que no se ha creado todavía y sobre la herencia recibida, que, aunque muy mejorable, desde mi criterio, también soy de las que piensa que con algo de colaboración y menos campaña electoral saldrían las cosas mejor. Sobre la expectativa, sobre el rumor, sobre la promesa. Y mientras tanto, seguimos teniendo un personal con sueldos indignos, las calles mejorables, las obras por ejecutar y millones de cosas que sacar adelante…
Pero en los plenos solo preocupa, el maldito muñeco, si uno me dice y otro desdice, decir chorradas como “creemos que es bueno para Aranda, pero voy a votar en contra o abstenerme”, señores y señoras se les PAGA (más o menos) para que sean dignos de la población de Aranda de Duero y perdónenme, pero dejan mucho que desear… Los arandinos y las arandinas queremos un pleno educado, digno de nuestra historia y ciudad, hasta orgulloso de pertenecer al mismo, queremos que dejen de bajar al “barro político” un año y medio antes de la campaña… Pero bueno… Para algunos es mucho pedirles esto, llevan haciendo oposición destructiva desde el día “cero”.
Y por último un recordatorio, la RPT debería servir para ordenar, no para premiar afinidades ni castigar disidencias. Para reconocer funciones y responsabilidades, no para parchear desequilibrios históricos a golpe de improvisación política, ni para tapar irregularidades legales (que por lo que se ve no son pocas las de este ayuntamiento y quizás se debería empezar a nombrar responsables). Y sin embargo, parece que volvemos al punto de siempre: se busca aprobar algo a cualquier precio, incluso a costa de hipotecar el futuro de lo que verdaderamente sostiene al Ayuntamiento, que no son los despachos, sino las personas que trabajan en él. Si de verdad se quiere una RPT justa, habrá que empezar por reconocer que sin dialogo y alguna cesión a todos los implicados los números no salen.
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