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PASEO CONTEMPLATIVO

09/11/2018 13:36 | Virginia Pecharromán
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Podemos pasar por la vida sin percatarnos de la belleza de la naturaleza o podemos sentir con todos nuestros sentidos cada instante de nuestra vida y disfrutarlo

Ahora en otoño es la ocasión de dar un buen paseo con atención plena. Se puede practicar Mindfullness mientras caminamos. Un paseo contemplativo o "contemplaseo" es eso, disfrutar de cada paso, de cada sonido y  de lo que vemos a nuestro alrededor en plena naturaleza. Es importante estar abierto a la experiencia y no sólo abrir bien los ojos, sino todos nuestros sentidos. Y también estar abiertos de mente y de corazón, mirar las cosas como si las viéramos por primera vez y dejarnos sorprender por lo que aún no conocemos.

Aunque contemos ya muchas primaveras, la naturaleza es algo que nos puede sorprender gratamente.  Podemos llegar a ver pequeños insectos o bichos que nunca habíamos visto. Hay arañas muy diferentes. Personalmente, he podido conocer últimamente a un insecto palo, un amantis  religiosa y un escarabajo toro, que solo había visto en dibujos animados. 

La mayoría de las cosas nos entran por los ojos, porque nos funciona bien el sentido de la vista e infrautilizamos el resto de sentidos. Tenemos que oler, saborear, tocar y escuchar mucho en la naturaleza. El olor a tierra mojada es algo que a todos nos parece placentero y de lo que disfrutamos cuando caen las primeras lluvias. Entrar en el monte nos llena de olores: a pino o a encinas. También podemos pasear por donde haya matorrales de plantas aromáticas como espliego, tomillo y lavanda.

Escuchamos muchos ruidos a lo largo del día y necesitamos desconectar y escuchar el silencio, o escuchar el bosque y los animalitos. Ahora en otoño, es muy ruidoso caminar sobre las hojas secas, escuchar el ruido de la lluvia sobre la vegetación. Podemos escuchar muchas clases de aves y cómo comen las ardillas o cómo escapa, de repente, una liebre al oírnos pasear cerca de su guarida. El ruido de nuestros pasos se acompaña del sonido de un fruto que cae al suelo: nueces, piñas o bellotas.

De repente, encontramos un claro, un lugar especial dentro de ese bosque o de esa ruta que estamos realizando. Puede ser una gran cascada de agua, o un lugar bucólico en el que se respira paz. Sea como fuere,  todos los lugares tienen un rincón especial y por eso hay que estar muy atentos para poder disfrutar de ese momento. 

Podemos tocar y tomar contacto con hojas, flores y frutos. Incluso abrazarnos al tronco de un árbol, dicen que aporta mucha energía. Estamos acostumbrados a ver sin tocar , a imaginar cómo son algunas cosas. Si no lo tocamos no sabemos el aspecto real, la textura, la sensación de rugosidad, o liso, podemos sentir diferente cerrando los ojos. Y poder tocar una rosa con espinas sin pincharnos. La naturaleza se defiende a veces para no ser destruida. 

Saborear todo aquello que palpamos, es decir, sacarle todo el jugo a la situación. Si permanecemos con atención plena lo conseguiremos, si no desperdiciaremos el tiempo, porque estaremos más metidos en nuestros pensamientos y dificultades diarias. Es necesario que prestemos gran atención a lo que sentimos con los cinco sentidos y no pensar tanto. 

El contemplaseo es necesario hacerlo lo más  despacio y silenciosamente posible para percibir todo lo que suceda a nuestro alrededor. 

En nuestro día a día los ruidos, las prisas, el querer abarcar todo sin detenernos en detalles hace que hagamos totalmente lo contrario. Por lo que practicar el contemplaseo en la naturaleza nos puede hacer ver que en nuestro día a día, también necesitamos contemplar cada momento presente, sentirlo y disfrutarlo. Sin querer, en muchas ocasiones estamos ya sufriendo por situaciones futuras que no sabemos si llegarán a ocurrir o por cosas del pasado que no se nos quitan de la cabeza. Con este proceso mental nos perdemos muchas oportunidades que no vemos claras. Razón tiene la expresión que dice: "las ramas no nos dejan ver el bosque", porque estamos tan metidos en está borágine que nos envuelve que no somos conscientes de muchos estímulos que están ahí y pasan desapercibidos. Si conseguimos centrarnos en una cosa cada vez y realizar las tareas poniendo todas nuestras ganas y empeño en sentir y  disfrutar lo que son en sí mismas, podremos ver una perspectiva diferente. Sin valorar aquello que me está pasando, solo sentirlo, dejar venir los diferentes sentimientos y vivirlos y aprender de ellos.

Puedes leer más sobre este y otros temas en http://vivirlapsicologia.wordpress.com

 
 
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