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Todos hemos oído hablar de las personas tóxicas, son personas que nos hacen sentirnos mal. Algunas son capaces en cinco minutos de hacernos sentir enfadados. Es importante que seamos conscientes de ello para tenerlas localizadas y poder actuar a tiempo. Podemos pasar años, incluso la vida, intoxicados por estas personas sin darnos cuenta. Todos tenemos a alguien tóxico a nuestro lado. Pero no se trata de culpar a estas personas de todos nuestros males, sino de saber gestionar lo que nos transmiten. Nosotros también podemos ser tóxicos hacia otros sin ser conscientes. Cuando uno sabe quién son las personas tóxicas de su vida, puede trabajar en ello y conseguir que no le amarguen la existencia.
¿Quién son entonces las personas tóxicas para mi? ¿Son tóxicas solo para mi o para otros también? Cuando localizo a las personas tóxicas de mi entorno, puedo reflexionar sobre ellas. Puede ayudar preguntarme: ¿por qué esa persona es tóxica conmigo? y ¿por qué me afecta tanto aquello que me dice?. Después de dar respuesta a todas estas preguntas, puedo ser más consciente de cómo actúa esa persona conmigo. Y cuando la veo venir, puedo conseguir ponerme un impermeable psicológico para que sus palabras me resbalen literalmente. Además si le digo yo algún cumplido antes de dejarle intervenir, quizás le consiga bloquear ante su ataque.
Las personas que no son tóxicas y que son incluso todo lo contrario también tienen un nombre, son personas vitamina. Las personas vitamina tienen la capacidad de devolvernos la salud, la vida y la alegría. Son personas que con estar cinco minutos con ellas nos recargamos de energía. Nos hacen sonreír, animarnos, ponernos en marcha y sentirnos mejor.
Es necesario que nos rodeemos de nuestras personas vitamina. Si están lejos hay que intentar acercarnos a ellas, si hace falta llamarlas, escribirlas... En definitiva, tener contacto con ellas de alguna manera para recibir esa vitamina que nos transmiten. En momentos que necesitemos tenemos que buscar su compañía y no reparar en si las vamos a molestar o si no están a mano, me las ingenio como sea para poder recibir sus beneficios. Si lo hacemos con la alimentación, ¿por qué no lo hacemos con nuestras emociones? Pasemos un rato de cada día con personas vitamina. ¿O es que algunos toman vitaminas solo el fin de semana o en vacaciones? En esos momentos de ocio, aquello que hacemos ya nos recarga las pilas, pero es en el día a día cuando necesitamos contrarrestar el efecto de las personas tóxicas, quedando con nuestras personas vitamina.
Os animo a probar las estrategias de afrontamiento hacia las personas tóxicas y a llenar el día con gente vitamina, veremos si el resultado merece la pena.
Lee más sobre este y otros temas en http://vivirlapsicologia.wordpress.com
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