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Hoy he querido escribir este post, para daros algunos consejos y mantener nuestras manos suaves e hidratadas.
Aunque lavarse las manos con agua y jabón, es un acto habitual desde hace muchos años, durante las últimas semanas, es muy probable que esta práctica la hayáis aumentado de manera significativa.
Lo ideal es que cada vez que nos lavemos las manos con agua y jabón, nos hidratemos las mismas con crema, pero en algunas ocasiones, tras lavarnos las manos, no nos aplicamos crema, bien por dejadez, porque no nos gusta la sensación pegajosa que provoca la crema o bien por no tenerla a mano o no poderla usar debido a nuestro trabajo.
Una piel seca, a parte de sentirse tirante, áspera , con descamación y grietas, y en algunos casos con picazón, también muestra un aspecto poco saludable a nuestras manos y delatan el paso del tiempo.
El mejor momento para reparar este daño es hacerlo al final del día, cuando ya hemos terminado todas nuestras tareas, cuando los niños ya se han acostado y tenemos un ratito para nosotros mismos.
Si tienes tiempo, lo ideal es que antes de hidratar tus manos y al menos una vez por semana hagas un pequeño exfoliante, a mi me gusta hacerlo utilizando los posos del café de la cafetera que he hecho por la mañana.
En un recipiente, coloco dos cucharadas de posos de café y los mezclo con una cucharada de aceite de oliva, con la pasta que se crea hago un exfoliante en ambas manos. Lo trabajo con movimientos y fricciones circulares por toda la superficie anterior y posterior de las manos.
Para hidratar las manos, deberás tenerlas limpias y secas. Si has hecho el exfoliante, retíralo con un paño. Si no lo has hecho , lava de manera normal tus manos y sécalas.
Aplica tu crema hidratante sobre las manos como lo hagas normalmente (aunque yo suelo usar una cantidad más abundante), te aconsejo que añadas un par de gotas de alguno de estos aceites: aceite de oliva, aceite de almendras, aceite de rosa mosqueta o aceite de coco, que todos son muy hidratantes y aportarán ese toque de hidratación extra que necesitan tus manos.
Aprovecha este momento y masajea tus manos la una con la otra, durante al menos tres minutos; presta especial atención en la zona de los nudillos, entre los dedos y en la zona de las uñas.
Una vez llegado a este punto tienes dos opciones:
1. Envuelve tus manos en film transparente y rodéalas con una toalla para mantener la temperatura y déjalas así durante al menos 20 min, después retira el film y masajea de nuevo hasta la absorción total de la crema. O mi preferida:
2. Ponte unos guantes de algodón finitos y duerme con ellos.
En cualquiera de los casos, a la mañana siguiente tus manos serán otras.
Si tu actividad diaria durante todo el año exige que tus manos estén siempre en contacto con agua o productos abrasivos y siempre y cuando tus manos no presenten heridas, te aconsejo que hagas habitualmente baños de parafina ya que la termoterapia ayudará enormemente a mantener sanas e hidratadas tus manos (y tus pies).
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