Alabanzas por el espectáculo, aunque también algunas quejas por la falta de visibilidad del espectáculo de drones en algunas zonas y la caída de chispas al público en el espectáculo pirotécnico. Parte del público lamentó la falta de información sobre cómo disfrutar del evento con una organización “a salto de mata”. En cualquier caso, unas 3.000 personas disfrutaron del espectáculo de luz y música que tuvo lugar junto al río Duero y con el que Aranda de Duero se despidió a la Ciudad Europea del Vino.
Le piano du lac abría el programa, con una original y romántica puesta en escena protagonizada por la pianista y cantante francesa Violette Prevost y su piano de cola, navegando ambos sobre una balsa junto al puente del Duero que da acceso al parque de El Barriles. Música y danza, al ritmo de las corrientes. Inmediatamente después tomó el testigo la magia de Drone Light Show, 120 drones que han surcado el espacio entre el cielo y el agua ofreciendo, al son de la música, una espectacular danza de luces de colores iban creando en las alturas distintas figuras iluminadas que a la vez se reflejaban en el Duero. Un espectáculo que muchos de los asistentes no pudieron disfrutar al no tener visibilidad desde la parte de la ribera del río situada junto al hospital.
El cierre llegó de la mano de Pirotecnia Vulcano con un castillo de fuegos artificiales especialmente diseñado para este evento, creando efectos dinámicos. Tras el impresionante inicio realizado con 270 artificios recreando formas, se dio paso a un espectáculo de fuegos a cuatro alturas, a través de 20 fases diferenciadas que culminaron con una traca final. Durante el espectáculo pirotécnico cayeron varias chispas sobre el público que se vio obligado a desplazarse y abandonar esa zona.
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