Una septicemia, una afección causada por una respuesta fulminante a una infección, es lo que ha provocado el fallecimiento de una de las dos partes de la pizzería La Cantinaccia. Raúl Arlanzón Parte era la persona que todos veíamos al entrar en el restaurante de la calle Soria de Aranda de Duero. Siempre con el delantal y al frente del horno de leña, saludaba con una sonrisa mientras que no dejaba de capitanear el timón caliente del local y el que le ha dado toda su fama.
De origen burgalés, donde estudió cocina en el instituto La Escuela del Chef y aprendió el arte de la pizza junto a un cocinero napolitano, Raúl Arlanzón recaló en Aranda de Duero en 1992. Lo hizo para abrir la primera Cantinaccia en la calle de la Miel y sus buenas manos con la masa y con el horneado pronto se hicieron notar.
Así, años más tarde abriría un local más grande, esta vez en la calle Soria, donde ha trabajado hasta ahora regentando el restaurante.
Con su marcha nos deja la cara visible de La Cantinaccia. DEP
Imagen: @ La Cantinaccia
|
||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
|