1.503 no es sólo el año en el que se realizó el mapa de Aranda que se presentó a los Reyes Católicos, sino que también es el número de personas que Cáritas atendió en la comarca ribereña durante 2023. Una cifra que refleja el aumento de personas vulnerables que conviven con nosotros, siendo 241 más que en 2022.
Guadalupe Cuadrado y Elena Esteban, coordinadora territorial y presidenta de zona de Cáritas en Aranda respectivamente, han dado a conocer hoy su memoria correspondiente a 2023 y lo han hecho presentando primeramente a algunas de las personas a las que atienden, a las que agradecen que hayan acudido a Cáritas para buscar ayuda.
“El lunes Samuel, de 31 años, acudía a solicitar ayuda económica, información y asesoramiento. Quiere continuar estudiando, pero se encuentra en situación irregular. Lleva 6 meses entre nosotros, pero hasta que no cumpla tres años no podrá obtener permiso de residencia y trabajo, suponiendo que alguien le ofrezca un contrato. Mientras tiene que pagar su habitación, un merendero abandonado, y su comida, y enviar dinero a su hija que dejó en su país porque le tocó salir corriendo para no perder la vida”.
“Miguel está solo, no tiene ingresos, un problema de salud le retiró de la vida laboral después una operación sobrevenida y se encontró fuera del sistema. Tras casi un año y medio apoyado por Cáritas, quizás vea la luz siendo perceptor de alguna prestación social”.
“Rosa tuvo que salir de su casa cuando nadie la veía. Agarró a sus hijos, una maleta pequeña y se fue. Había decidido poner fin a 8 años de vejaciones, sumisión y malos tratos”.
Estos son sólo tres historias de las personas que pasan por Cáritas Aranda. 1.503 acudieron el año pasado en busca de ayuda, pertenecientes a 926 familias, nueve más que en 2022. “No vemos que el cómputo general haya aumentado en cifras grandes, hemos tenido un aumento leve en todos los programas”, explica Guadalupe Cuadrado, quien sí que advierte que “la pobreza se ceba en ciertas familias como monoparentales o en toda la población inmigrante que en tres años no puede acceder a tener un trabajo para regularizar su situación, con lo cual se ven abocados a trabajar en economía sumergida”.
Programa de acogida
Si en 2022 se atendió a 853 personas con un total de 2.976 intervenciones, en 2023 han sido 984 las personas atendidas entregado ayudas por importe de 41.193 € dirigidas a cubrir sus necesidades más básicas de alimentación, vivienda o suministros. A ello se suman otros 19.000 euros para adelantar las ayudas que llegan tarde desde la administración. “Aproximadamente el 15% de estas familias han acudido a Cáritas por primera vez. Este porcentaje esconde una doble lectura, ya que se podría hablar de una renovación en las familias que atendemos, y esa es una noticia en parte positiva, porque supone que la intervención y el apoyo, junto con otras medidas como las ayudas públicas, y la mejora económica sacan a las personas de la pobreza”.
Las mujeres son las más perjudicadas, un 59%, y los ciudadanos extracomunitarios se elevan a un 62%, procedentes en su mayoría de Latinoamérica, “sobre todo de Venezuela y Colombia, aunque también de Perú, Honduras y Nicaragua.
Personas sin hogar
Se sigue constatando desde Cáritas la falta de acceso a la vivienda, con una subida de precios constante en el alquiler, lo que provoca el hacinamiento. A ello se suma la dificultad de muchas personas a la hora de empadronarse, con lo que está fluctuando, denuncian. “Este trámite abre la puerta de acceso a determinados derechos, y la gente cobra por empadronar a la gente en las viviendas”, comenta Cuadrado.
182 personas han acudido a las dependencias de Cáritas en busca de alojamiento, comida, aseo y ropa. En 2022 fueron 169.
Drogodependencia
107 personas fueron las atendidas en este servicio en 2022 y el número ha ascendido el año pasado hasta llegar a las 113. De ellas el 74% son hombres, el 84% son españoles y el 26% tienen entre 18 y 35 años.
Empleo y formación
Cáritas Aranda ha acompañado en esta sección a 405 personas, 34 más que en 2022. De ellas, 143 han participado en cursos formativos, 209 han acudido a programas de orientación laboral y se han logrado 132 inserciones laborales, 40 más que el año anterior.
Dentro de este programa se encuentra la empresa de inserción de Cáritas a través de la tienda de segunda mano ubicada en calle Hospicio, que ha permitido una oportunidad laboral a 7 personas, de las cuales 3 han salido de allí para insertarse en el mercado laboral normalizado. En cuanto a la recogida de ropa en los distintos contenedores de la ONG por la ciudad, han sido 98 las toneladas de ropa que se han podido recuperar para ponerla a la venta.
Infancia y juventud
103 menores acuden a los centros de Cáritas dedicados a la infancia y juventud: en el barrio de Santa Catalina y el de La Estación. El número es similar al de otros años, ya que en este caso las plazas son cerradas con el objetivo de poder realizar un trabajo integral.
De esta manera reciben un apoyo académico, realizan actividades de ocio y tiempo libre, de meriendas saludables, los padres reciben un acompañamiento, y se realizan tutorías individuales con los usuarios. También ha habido 12 casos en orientación laboral.
Y todo ello gracias la labor que realizan los trabajadores de Cáritas, pero también los voluntarios. 73 son las personas voluntarias con las que Cáritas Aranda cuenta y, advierten, se necesitan más. “En Cáritas sabemos que se puede recalcular la ruta, solo hace falta estar ahí al lado de quien lo necesita escuchando, acogiendo y ofreciendo tiempo. Invito a salir al encuentro de las personas, a comprometernos con el bien común. Los voluntarios hacen que construyamos un mundo mejor para todos”, termina diciendo Elena Esteban.
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