Cáritas atiende a un centenar de drogodependientes en Aranda de Duero

Este viernes 1 de diciembre se conmemora el Día Mundial del Sida para visibilizar esta enfermedad y recordar a los enfermos y a las personas que han fallecido por enfermedades relacionadas con el VIH.

Cáritas en Aranda de Duero cuenta con un Centro de Atención al Drogodependiente (CADAC). Lejos de ser un problema de salud que está en vías de desaparecer, desde la ONG explican que atienden en torno al centenar de personas, gracias a los trabajadores de Cáritas y a la colaboración voluntaria de cinco personas.

En 2022 fueron 107 los usuarios que pasaron por este servicio, apenas cinco menos que durante el año anterior. Unos usuarios en los que sigue prevaleciendo la correlación entre los trastornos de salud mental y el consumo de alcohol u otras drogas. Es importante destacar que alrededor del 18% de las personas atendidas tienen menos de 35 años.

Acercándonos al Día Mundial contra el Sida, Cáritas Aranda se une al manifiesto que la ONU ha elaborado con el lema “que lideren las comunidades”. En esta edición el énfasis se pone en la “necesidad de conectar a las personas con los tratamientos y servicios y el apoyo que necesitan hasta desplegar el activismo comunitario que impulsa la acción para que todas las personas puedan hacer efectivo su derecho a la salud.

Nélida González es la responsable del centro, ella indica que “en Cáritas seguimos acompañando a las personas con VIH/SIDA, apoyando los tratamientos y animando a la realización de pruebas diagnósticas en aquellas otras que presenten algún riesgo”. Para ella, “las comunidades, son fundamentales la sensibilización de la sociedad, el respaldo a las familias y la dotación de recursos para acabar con el SIDA”.

Según cálculos de la ONU, serían precisos a nivel mundial unos 8.000 millones de dólares adicionales, con los que financiar la respuesta a esta plaga en los países de menos ingresos. Con estas y otras iniciativas, sostenidas a lo largo de décadas, el número de nuevas infecciones por VIH ha caído hasta su punto más bajo desde 1980.