Casi todo está preparado para que, seguramente el próximo jueves 12 de octubre y coincidiendo con la fiesta de la Hispanidad, se oficialice el traslado de la Policía Local de Aranda de Duero a su nueva sede situada frente a la estación de autobuses.
La mudanza se está produciendo durante estos días, el mobiliario está colocado y se están realizando las tareas de los últimos remates como el acabado de la cocina y del armero. Mientras tanto, son los propios agentes los que se están encargando de colocar todo el material para inaugurarla cuando antes. “Nos gustaría poder tenerla acabada antes del puente e inaugurarla el jueves”, comenta el concejal de Seguridad Ciudadana Juan Manuel Martín.
Es un edificio que ha dado demasiados quebraderos de cabeza al Ayuntamiento arandino. Tras una primera adjudicación por 963.700 euros se iniciaban las obras en 2019, pero unos meses después se paralizaron debido a los desacuerdos entre empresa adjudicataria y administración local para llevar a cabo un modificado para incluir una nueva planta, la del sótano, que terminó con la rescisión del contrato.
Todo ello provocó que durante dos años las obras no siguiesen adelante hasta que finalmente se pudiesen licitar de nuevo. Eso sí, la adjudicación en este caso alcanzó los 1,4 millones de euros.
Las obras han sido rápidas. El plazo de ejecución finalizaba a final de año y los trabajos terminaron este verano. A partir de ahí se ha comprado el mobiliario, se ha instalado el sistema de comunicaciones y se ha adecuado el espacio para acoger al alrededor de 40 trabajadores municipales que ocuparán estas instalaciones.
¿Qué pasará con la sede antigua?
El proyecto del anterior equipo de gobierno era convertir este edificio situado en la plaza Jardines de Don Diego, en pleno centro de Aranda, en un centro de recepción de visitantes, algo para lo que ha logrado ayudas europeas. También se preveía el traslado de las oficinas de la Ruta del Vino.
Y así será, pero el planteamiento del nuevo equipo de gobierno es qué uso tendrá mientras tanto.“Tenemos que pensarlo, pero lo que tenemos claro es que si algo se cierra comienza a deteriorarse”, comenta el edil de Sentir Aranda, que plantea la posibilidad de ceder el espacio a asociaciones que lo necesiten hasta que se materialice el centro de recepción.
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