La concejal de Turismo, Mar Chamorro, ha presentado ya el inventario que la empresa arandina Terracota Ingenieros ha elaborado sobre las bodegas subterráneas de Aranda. El resultado, 135 fichas, una por cada una de las bodegas que se han encontrado y estudiado, que informan sobre su nombre, situación y características. También contienen una valoración sobre su estado, su interés, un análisis de deficiencias y propuestas de actuaciones.
Todas las bodegas inventariadas se encuentran en el casco antiguo de la localidad, aunque existen dos zonas que salen de ese centro medieval entre las calles Ricaposada y San Gregorio. De esta manera, las bodegas se dividen en siete corros o zonas que son las siguientes:
Calle Los Bodegones (8 bodegas)
Calles San Juan, Santo Cristo y Santa Ana (12 bodegas)
Zona de Santa María ( 25 bodegas)
Plaza del Trigo (15 bodegas)
Calles Isilla, Cascajar y Barrio Nuevo (52 bodegas)
Plaza Mayor (3 bodegas)
Calles Ricaposada y San Gregorio (20 bodegas)
Existen algunas, una decena, que están tapadas y es imposible su acceso. En cuanto a su conservación el estudio señala que el 40% de ellas presentan derrumbamientos, el 56% humedades, el 38% deficiencias eléctricas y el 9% problemas de ventilación. También el 19% cuentan con elementos deteriorados y el 61% con elementos constructivos que se han incluido que no son los apropiados.
A por la declaración BIC
Ahora, con el inventario remitido a la Junta de Castilla y León, el Ayuntamiento de Aranda busca el amparo de la administración central para con estos importantes y únicos vestigios de la arquitectura arandina. El objetivo es que sean catalogados como Bien de Interés Cultural para que las bodegas sean protegidas y que sus dueños se puedan acoger a las distintas ayudas que se otorgan a estos bienes a la hora de conservarlas y ponerlas en valor. “El equipo de gobierno quiere poner todos los medios necesarios para la conservación del patrimonio bodeguero, hemos comenzado a dar pasos firmes mediante una adecuada política de mantenimiento y gestión”, señala Chamorro.
Y es que el desarrollo del turismo en Aranda pasa por potenciar las bodegas de la ciudad, en estos momentos en el que se impulsa el turismo enológico. De hecho, se trata de un recurso muy importante que se tiene en cuenta en el proyecto Rutas del Vino.
Otra cita importante para poner en valor las bodegas arandinas y proyectarlas fuera de la localidad llegará en 2014 con la celebración de una edición de las Edades del Hombre, complementando la oferta turística.
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