El alcalde asegura que los plazos en los Jardines de Don Diego se están cumpliendo

La obra de los Jardines de Don Diego “está en plazo y no hay retrasos significativos”. Con esas palabras responde el alcalde de Aranda de Duero a la pregunta que sobre esta actuación se le ha hecho en la rueda de prensa semanal que ha comenzado a dar a los medios de comunicación locales, donde hace un repaso de los encuentros mantenidos durante la semana anterior y abre un turno de preguntas.

Por tanto, según sus palabras, todo apunta por el momento a que las obras no sufrirán retraso cumpliendo el plazo de 10 meses que se dio. Comenzaron el 3 de julio, por lo que hasta primeros de mayo no finaliza.

Lo que sí que advierte es que lo que se está haciendo no se ciñe al proyecto inicial, ya que este se ha adaptado. “El original tenía menos arbolado, más asfalto y menos espacios peatonales”, explica, señalando que el nuevo equipo de gobierno ha optado por eliminar sólo los árboles “imprescindibles”, pero a cambio aumentar la masa forestal con especies autóctonas. “La intención del equipo de gobierno es hacer un guiño al proyecto original con la plantación de especies autóctonas en lugar de plataneros, que generan muchos perjuicios. Necesitan mucha agua y si lo consiguen crean raíces horizontales que levantan las aceras”, comenta Antonio Linaje.

Por tanto, y en contra de lo que opinan algunos ciudadanos, el arreglo de los Jardines avanza “cumpliendo los hitos”.

 

Más espacio para posibles urgencias

Otro cambio que se ha producido en el proyecto es el que incluye la petición de los bomberos municipales, que veían cómo el inicial no facilitaba la entrada del camión en caso de cualquier incidencia. “Se ha modificado para permitir los giros necesarios”, indica el edil.

Unos Jardines que contarán con un único carril para acceder a la calle Sol de las Moreras, eliminando uno de los dos que había antes. Una decisión que se ha adoptado al comprobar que los dos carriles, no sólo no mejoraban el tráfico, sino que lo empeoraban por la mala praxis de algunos conductores que paraban su vehículo en doble fila. También, comenta Linaje, el hecho de que los dos carriles confluyesen en uno sólo antes de entrar en la calle también provocaba un problema de embotellamiento.