El concejal Alberto Marcos, que deja las filas socialistas para convertirse en no adscrito por desavenencias con su partido en Aranda de Duero, lanza un órdago. Desde el PSOE piden que renuncie a su acta de concejal y, por tanto, a su vinculación política con el Ayuntamiento, entendiendo que los votos con los que la consiguió no eran hacia él, sino al PSOE. Él está de acuerdo en hacerlo, pero con una condición.
La condición no es otra que la renuncia de su acta a cambio de otras dos dimisiones, la de los cargos fuertes del grupo municipal. Estos son Ildefonso Sanz como portavoz del grupo municipal y Amparo Simón como secretaria de organización. “Si ellos dejan su acta yo lo hago también”, asegura, señalando que de esta manera se conseguiría la renovación auténtica que el PSOE arandino necesita y considerando que “sería lo mejor que he hecho por Aranda”.
No entiende las críticas de los que ha entendido que hasta ahora eran sus compañeros. Explica que él se tuvo que ir a trabajar fuera precisamente obligado por su condición de concejal del Ayuntamiento de Aranda, ya que la organización interna no permite que un trabajador municipal pueda ostentar la labor de edil. Trabajaba en la Escuela municipal de música, y mientras siga con cargo político local no podrá regresar, algo que no comprende. “¿Qué incompatibilidad tengo yo, si tengo que tratar algo de asuntos sociales o urbanismo, por ejemplo? Entiendo que lo que es de la escuela me tendría que abstener a votar, pero no del resto”, comenta.
Niega que sea verdad que él quiere formar parte del equipo de gobierno para conseguir trabajo de profesor en la educación pública cerca de Aranda. Recuerda que él no es funcionario de carrera, por lo que el sistema de comisión de servicios que permite desempeñar el trabajo en un lugar concreto por algún motivo, como pudiera ser el de ser concejal de un área, no le afecta a él. “Soy funcionario, pero interino, por lo que entraría a formar parte de la adjudicación de sustituciones o vacantes como todo el mundo, en un proceso que está informatizado”, señala.
De la misma manera niega rotundamente que se haya dirigido al alcalde para entrar él en solitario a formar parte del equipo de gobierno. Sí que hubo una conversación, “de dos minutos”, comenta, pero con una intención bien distinta: “quise saber si seguían abiertos a incluir al grupo socialista en la gobernanza del Ayuntamiento, para ponerlo encima de la mesa en mi partido, y me dijo que sí, que Aranda necesitaba un PSOE fuerte y que era algo que estaba dispuesto a negociar”. Cuando lo comunicó al PSOE “Ildefonso dijo que estaba indignadísimo y que no quería hablar conmigo”.
Porque no haber entrado a formar parte del equipo de gobierno en el Ayuntamiento es algo que no entiende Alberto Marcos. “Creo que el PSOE tiene que entrar a gobernar y me alegraría que así lo hiciese, porque después de todo Sentir Aranda, con un grupo heterogéneo en cuanto a orientaciones políticas, está gobernando con los que íbamos a gobernar nosotros”, dice, lamentando que “parece que nos ponemos más de acuerdo con el PP cuando han hecho lo que han hecho durante estos años”.
Por último, incide que si alguien quiere vivir de la política es el propio Ildefonso Sanz, cobrando un sueldo de casi 47.000 euros anuales al estar liberado en la Diputación provincial estando en la oposición, que se une a los cerca de 15.000 que recibe del Consistorio arandino como indemnización. “Él dijo durante las elecciones que si perdíamos se marchaba al huerto de su casa, pero está en el puerto de Burgos y liberado”, comenta, para terminar diciendo que “no entiendo su vara de medir, con un argumento difamatorio y contradictorio, sobre todo por su situación personal”.
Imagen de archivo./ @BCisneros
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