Acudió al Tribunal Superior de Justicia y la sentencia empeoró para él. Llamó al Tribunal Supremo y de nada le ha servido porque seguirá cumpliendo ocho años de cárcel. Al joven acusado de cinco violaciones a una conocida no le ha servido de nada interpelar a estancias mayores de la justicia porque encuentra que se han probado las violaciones.
No tiene en cuenta el Tribunal Supremo la versión del hombre que cuando sucedieron los hechos, en abril de 2021, contaba con 28 años de edad. Alegaba que las relaciones fueron consentidas y que la víctima se encontraba bajo el efecto de las drogas, pero los jueces deducen que no fue así, teniendo en cuenta la “persistencia y verosimilitud” del testimonio de la joven y los elementos que lo corroboran.
Los hechos ocurrieron el 25 de abril de 2021. Víctima y agresor se encontraban en una fiesta en el barrio de Santa Catalina de Aranda de Duero y el joven se ofreció a llevar a la víctima y a una amiga a su casa en el coche. Sí que dejó a la amiga, pero pasó de largo en lo referente a la agredida con el pretexto de fumar. Paró en un camino y llegó a violarla hasta en cinco ocasiones durante tres horas, en el camino y en la finca cuya puerta abrió el agresor.
La víctima logró que el agresor la llevase a su casa, así lo ha testificado ella en todas las ocasiones, cuando logró tranquilizarle y asegurarle que no iba a contar nada de lo sucedido. En el hospital se certificaron varias lesiones y un estado psíquico compatible con un trastorno de estrés postraumático.
El joven fue detenido horas más tarde de la denuncia y la Policía Nacional pudo registrar la finca para la obtención de pruebas.
La Fiscalía solicitaba 7 años después de libertad vigilada, pero la sentencia rebajó el tiempo en seis años, además de un pago de 10.000 euros por los daños morales originados y 1.370 euros para indemnizar las lesiones físicas.
Haber recurrido al Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León por parte del acusado tuvo peores resultados, ya que se elevó en dos años más el tiempo que tendrá que estar en la cárcel.
Esto no frenó el procedimiento para el agresor, que acudió al Tribunal Supremo, desde donde se ha ratificado la pena del TSJCyL.
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