No ha servido de mucho de momento, se lamentan los padres de un alumno con ceguera que estudia en el instituto Vela Zanetti, el acuerdo adoptado por el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León ante la decuncia que interponían.Porque a pesar de que esta entidad obliga a la Junta de Castilla y León a establecer medidas cautelares y atención específica para este estudiante mientras que este se encuentre en el centro educativo, la familia asegura que esto no está siendo así aun. Ha regresado a clase tras una baja, pero “no se ha tomado ninguna medida, está todo exactamente igual que los días anteriores a las quejas, incluso peor”, explica su madre Beatriz Gómez.
“La semana pasada hubo una actuación compañeros educación física y no tuvo apoyo para describirle lo que había. No se enteró de nada y todo se lo tenía que imaginar porque oía ruidos, saltos, aplausos, pero no fueron capaces de explicarle nada”, lamenta.
El informe médico es claro, el joven precisa de un colirio, que debe conservarse en frío, cada dos horas durante el día. “No se trata de un medicamento, sino de un aporte de hidratación”, aclara. Al respecto la familia espera que el centro sí que mueva ficha. Es esta la primera semana que acude y lunes, martes y miércoles esta asistencia está asegurada gracias a un profesor de la ONCE que se las administra de forma voluntaria. “No sabemos si acabará con la administración completa cuando llegue el viernes”, señala la madre.
Pero tienen la esperanza de que se cumpla lo pactado por el director provincial de Educación en el escrito donde se le deniega la prestación de atención educativa domiciliaria porque “si se aplicara el suero de manera pautada el alumno podría acudir a su centro de estudios”. El compromiso es claro: “El IES Vela Zanetti ha comunicado a la dirección provincial que la tutora del alumno procederá a administrarle el suero los jueves y viernes. Por tanto, no existe ya motivo de convalecencia en el domicilio”, señala en el escrito.
Mientras tanto, los padres de este estudiante de primero de Bachillerato siguen reclamando una máquina de Perkins para la escritura en braille y esperando que el profesorado ayude al alumno. “Hay una profesora que le ha dicho que no le va a examinar si no justifica sus ausencias cuando toda la documentación la tiene el centro”, acaba diciendo la madre.
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