A falta de un día para salir de cuentas, Nuria Cabeza, una vecina del edificio de las Bernardas, en la calle Santiago del barrio de Santa Catalina, se ponía esta madrugada de parto de forma inminente y sin tiempo para trasladarse al hospital Santos Reyes. No quedaba otra opción que llamar al 112 y encomendarse al servicio de Emergencias Sanitarias de SACYL, que ha demostrado absoluta eficacia para resolver la situación.
“Tenemos ya otra niña, el parto también fue muy rápido y esta vez nos habían advertido de que podría ser igual; mi mujer salía de cuentas mañana, pero esta madrugada ha empezado con contracciones muy fuertes y ha sido visto y no visto”, explica David Sanz, el padre de la criatura, que es técnico de Cruz Roja y conoce el buen hacer de estos profesionales. Quizá por este motivo, confiaba en el éxito de la operación y nunca olvidará este episodio con final feliz ni tiene agradecimientos suficientes para el equipo sanitario y para el cuerpo de Bomberos, que también es partícipe del éxito, al haber tenido que evacuar a su mujer, todavía con la placenta, en camilla por las escaleras desde la quinta planta, donde vive esta pareja y su otra hija, Silvia.
Patricia será el nombre de la segunda hija de Nuria y David, que ha venido al mundo de esta inusual manera para estos tiempos, sorprendiendo a los vecinos que, probablemente, lo último que habrán pensado al percatarse de la presencia de una ambulancia y de los Bomberos es que se trataba de un parto. También es una excepción que una niña de tres años y medio haya sido testigo de primera mano y sin que nadie se lo cuente, del nacimiento de su hermana. “Silvia también ha podido ver cómo ha nacido su hermanita y no se esperaba que fuera de esta manera: ella se pensaba que su mamá iba a bajar al hospital, pero al ver todo este despliegue, ha sido maravilloso”, recalca David Sanz, que recibía a primera hora de esta mañana en el hospital la visita de numerosos compañeros y voluntarios de Cruz Roja.
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