Una intensa labor que se ha centrado en las actividades de las fiestas patronales, pero también en las labores preventivas para garantizar la seguridad como en la preparación del entorno del Duero para las actividades naúticas. El Servicio de Extinción de Incendios de Aranda hace balance de las actuciones llevadas a cabo en los diez días de fiestas, un trabajo que califican como “esencial” a la hora de garantizar la seguridad.
“Uno de los grandes desafíos de este año fue la preparación del entorno del río Duero para las actividades náuticas. Los bomberos, en una labor minuciosa y preventiva, realizaron la retirada de troncos y ramas que, arrastrados por la corriente, dificultaban la navegación y representaban un peligro para los participantes”, detalla en su balance el Jefe de Bomberos. Estas tareas, llevadas a cabo la semana previa al inicio de las fiestas, permitieron que los paseos en embarcaciones como el Barco-Dragón y la Barca de Jávega transcurrieran sin incidentes.
Además, dentro del trabajo realizado en los eventos, desde el parque de bomberos resaltan las labor en los fuegos artificiales, en las noches del 14, 15, 16 y 21 de septiembre. “El SPEIS estuvo presente con retenes de bomberos en cada una de las sesiones de fuegos artificiales organizadas por la empresa Pirotecnia Vulcano. Un total de dos vehículos y cinco bomberos estuvieron dispuestos para intervenir en caso de emergencia, asegurando que el espectáculo transcurriera sin incidentes”,detallan.
Los bomberos también realizaron su tarea durante las actuaciones de los diferentes artistas, especialmente en las de Omar Montes (15 de septiembre) y Bonnie Tyler (16 de septiembre), donde se encargaron de revisar las instalaciones de protección contra incendios, asegurando la operatividad de las vías de evacuación y minimizando los riesgos durante estos eventos multitudinarios. También aluden a su presencia en las actividades naúticas y las cucañas.
El cierre de las fiestas el 22 de septiembre contó nuevamente con la presencia de un retén de bomberos para supervisar la gran traca final en la Plaza Mayor, así como la quema del ataúd del entierro de la sardina, una de las tradiciones más esperadas por los arandinos.
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