
Si usted es una del más de millar de personas que se encuentra en las listas de espera de la especialidad de oftalmología en Aranda de Duero, es muy probable que en las últimas fechas se haya sorprendido doblemente con la llegada de una carta que le cita para acudir a la consulta en estas fechas. Sorpresa porque ve que se reduce considerablemente la espera anterior que superaba el año en algunas ocasiones y también porque la cita es para un sábado por la mañana.
¿Es un error? La respuesta es no. Se trata de una medida que la Junta de Castilla y León ha puesto en marcha desde hace cuatro semanas para reducir la larga lista de espera que existe en la Ribera del Duero.
Desde la Gerencia de Burgos explican que la iniciativa se puede llevar a cabo gracias a dos pactos de gestión que se ha hecho desde el Hospital universitario de Burgos (HUBU) con el hospital de Soria. Así, oftalmólogos de la provincia limítrofe viajan hasta la capital ribereña para pasar consultas en el centro de especialidades. También para la ejecución de intravítreas agendadas de forma mensual. Se trata de inyecciones de medicamentos directamente en el interior del ojo para tratar enfermedades de la retina y la mácula.
Y es que los datos de las listas de espera son bastante pésimos. La media de todas las consultas externas para acudir a una primera cita en el primer trimestre del año alcanzaba las 116 jornadas, pero más grave era aún el número que se daba en oftalmología, con 209 jornadas frente a los 141 que había al finalizar 2024.
La falta de facultativos es el motivo de esta larga espera. Así lo demuestra el último intento para fidelizar a los médicos residentes, donde el resultado para la comarca ribereña ha sido nefasto. Se intentaba retener a diez profesionales médicos para la zona, pero finalmente no se ha conseguido hacerlo con ninguno. Y entre ellos estaba una plaza de oftalmología, como también una de medicina interna, una de urología y dos para el servicio de urgencias.
Por su parte, en el ámbito de medicina de familia se ofertaban cinco plazas, y el resultado ha sido el mismo: ninguno ha querido venir.
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