Los indicios y las pruebas policiales que llevaron a la detención del hombre de 39 años en 2022 han sido decisivos para que la jueza de la Sala de lo Penal número 2 de Burgos haya impuesto una pena de dos años y medio a un vecino arandino al que se le acusó de la quema de 21 coches y la fachada de un edificio.
Español, con las iniciales C.P.P., es ahora, casi tres años después, cuando ha recibido la sentencia, después de un juicio largo, cinco sesiones, debido al gran número de testigos que han acudido a hablar. Finalmente la sentencia que se ha dictado es de dos años y medio de cárcel.
Cuando fue detenido ya contaba con 7 detenciones previas. Natural de Burgos, se movía entre la capital burgalesa y Aranda de Duero. Tenía una conducta antisocial y de alteración de la convivencia y contaba con una orden de alejamiento a Burgos capital donde se encontraba su familia y su trabajo.
En Aranda también tenía relaciones familiares y de amistad. Y en la capital ribereña actuaba siempre durante la madrugada, en torno a las 4 de la mañana, y a él se le imputaron los incendios que se produjeron en el año 2022 en Aranda de Duero entre el 21 de abril y el 8 de agosto sobre vehículos. En total en este tiempo fueron dañados 21 vehículos en distintos puntos de la ciudad y la fachada de un edificio.
La investigación barajó que la quema de los coches era de forma aleatoria, como también los lugares elegidos. “Pero aparecía una constante. En los alrededores nos encontrábamos con una persona determinada, que en alguna ocasión fue la que llamó para avisar de uno de los incendios”, comentaba tras su detención el que fuera jefe de la Policía local en Aranda en ese momento, Joaquín Gomá.
No fue fácil detenerle porque, aunque todo apuntaba a él como culpable, era necesario ser pillado “con las manos en la masa” para que el proceso judicial tuviese recorrido para ser declarado como culpable. Y se consiguió, se estableció un dispositivo de coordinación con la policía local y aparecía una constante: un patrón horario y el inicio del fuego siempre en una rueda.
La pista la dieron unos trozos de tela que se recuperaron en la superficie de algunos neumáticos. También se estableció un posible itinerario y una posible forma de actuar, utilizando ropa para impregnarla con alguna sustancia combustible y así iniciar el fuego.
Finalmente, en base a los itinerarios marcados, se pudieron visionar cámaras de seguridad -una es la de los propios juzgados de Aranda-, en las que se veía a esta persona se metía en un portal y se quitaba la camiseta, algo que utilizaba para iniciar la quema del vehículo.
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