Suman y siguen las críticas a las manifestaciones del ministro Óscar Puente en contra de la reapertura del ferrocarril Directo por inviabilidad. La última llega desde la Plataforma por el Ferrocarril Directo. Su presidente, Jorge Núñez, comenta que con estas declaraciones del responsable de transportes “se aumenta la fractura de las distintas regiones de España cuando lo que se habla es de una infraestructura vital en el desarrollo socioeconómico”.
Recuerda que las infraestructuras “son un desarrollo político y no técnico”, y que se llevan haciendo desde hace tiempo “a la carta y a los intereses de los partidos políticos”.
No entienden desde la Plataforma a Óscar Puente, y por eso buscan “un diccionario hecho a su medida”. Porque, por un lado, “si hay un estudio de viabilidad en marcha no debe aventurarse en expresar su opinión en lo que le gustaría, por sensibilidad, y si lo desconoce por respeto a los derechos de la población”, y por otro lado “si su propósito está en cerrarla no debería haberse gastado el dinero”.
“No hemos visto en España una línea con tantos apoyos, ya sabíamos en 2015 que la línea era rentable, que ahora también lo es, otra cosa es la ineficiencia”, apunta Núñez, recordando que “se actúa donde se considera y no donde la ley obliga” porque en 2018 la reapertura del túnel de Somosierra costaba 20 millones de euros, y ahora esa cifra se ha multiplicado por tres cuando se trata de un mantenimiento que ADIF estaba obligado a realizar.
La Plataforma quiere que se deje de hablar de la línea para los arandinos. Recuerda que “esto es una infraestructura nivel nacional y es la única radial que no tiene un ferrocarril añadido”. “Hablar con cifras inexactas y a bulto es un puro ejercicio de Juan Palomo y que no ayuda mucho, máxime cuando las políticas que se hacen en este ministerio son para infraestructuras elitistas”, señala.
Por parte de la Plataforma recuerdan también que quedan aún 65.000 millones de inversiones en una alta velocidad que es deficitaria, a cambio de no haber dinero para una infraestructura radial en España que favorece la industrialización de regiones.
“¿Soterramientos en Valladolid no, pero en Vitoria, en Bilbao y en Cataluña sí?, ¿agenda 2030 sí, pero con ferrocarril no? ¿Inversiones en Burgos sí, pero sólo de carreteras y no de ferrocarril? ¿Corregir las desigualdades territoriales sí, pero cerrando líneas de ferrocarril? ¿Vertebración de las comunidades en Extremadura sí, pero en Castilla no?”, se preguntan.
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