Desde Cáritas Aranda de Duero se ha asesorado, sólo durante el año 2024, a más de 200 familias intermediando para la consecución de un trabajo a 125 trabajadoras del hogar desde su agencia de colocación. Un dato que aporta ahora esta organización coincidiendo con el Día Internacional de este colectivo y con el objetivo de visibilizar la realidad que viven estas trabajadoras. El dato se extiende a los últimos cuatro años se ha asesorado a más de 1.560 familias sobre el empleo en el hogar y ha realizado 617 inserciones laborales en este ámbito.
En todas esas inserciones, indican, ha habido antes una formación y después un acompañamiento. Para el responsable del área de Intermediación en la capital ribereña, Roberto Casado, “llevamos muchos años trabajando por los derechos de las empleadas de hogar y estamos viviendo una evolución muy positiva en las familias, yo diría que cada vez es mayor el número de familias que se preocupan por informarse primero y por cumplir con los derechos laborales de las empleadas del hogar, rompiendo con modelos de trabajo de otra época. Es importante que se den de alta desde el primer día, que se respeten sus vacaciones y días de descanso, especialmente en las internas. Son trabajadoras con los mismos derechos y obligaciones que cualquier otro trabajador”.
Porque el sector de trabajo doméstico, apuntan, está marcado por la precariedad y la desigualdad donde las mujeres representan el 95% de los en España, según datos de la Seguridad Social de 2023, y el 45% son mujeres migrantes en situación regular. A esta realidad se suma un número significativo de trabajadoras en situación administrativa irregular, que no figuran en las estadísticas oficiales y cuya vulnerabilidad puede propiciar más abusos laborales.
Si bien en los últimos años se han producido avances importantes, como el acceso a la prestación por desempleo y el aumento del salario mínimo interprofesional, el incremento de los costes para las personas empleadoras no ha supuesto mayores medidas de apoyo por parte de la Administración, recuerdan desde Cáritas Aranda. Así, las empleadas en régimen interno siguen afectadas por la precariedad, ya que muchas trabajan más de 40 horas semanales, con disponibilidad las 24 horas, descansos insuficientes y una compensación salarial inadecuada.
Reivindicaciones clave
Desde Cáritas se reclama la mejora de las condiciones de las internas, con la reducción de la jornada, la ampliación de los descansos y un reconocimiento salarial justo, y que la clasificación profesional distinga las tareas domésticas de las labores de cuidado personal en todo el sector. A las administraciones se pide que apoyen a los empleadores con incentivos similares a los de otros sectores económicos y una mayor vigilancia en el cumplimiento de los horarios, y a la sociedad, que reconozca el valor de este trabajo y asegure unas condiciones justas y dignas, con las políticas laborales inclusivas y equitativas por las que aboga Cáritas.
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