Dicen que se ha solucionado por ahora, pero el Duero sigue recibiendo aguas sin depurar desde el aliviadero que se encuentra junto al hospital de Aranda de Duero. Y esta vez no pueden ser las lluvias, ya que a pesar de que la capital ribereña sufrió una gran tormenta, esta tuvo lugar el pasado miércoles. El aliviadero ha estado durante este tiempo sin soltar vertidos y no ha sido hasta ayer, viernes 8 de julio, cuando se ha visto que aguas fecales han ido de forma directa al río.
Fue un vecino de Aranda el que puso en conocimiento del SEPRONA (Servicio de Protección a la Naturaleza) hace unas semanas que se estaban produciendo vertidos no controlados al río. Y no era la primera vez, pero teniendo en cuenta que desde la Estación depuradora arandina aseguraron al propio servicio de Medio ambiente de la Guardia Civil que iban a subsanar los problemas volvió a acudir.
Desde el SEPRONA se acercaron de nuevo al aliviadero para realizar una inspección. Precisamente allí se encontraba un vehículo de la empresa AQUALIA (gestora de la depuradora municipal) realizando labores de limpieza de las arquetas correspondientes al colector que dirige las aguas residuales de parte del municipio de Aranda de Duero hacia la estación de bombeo, desde donde se impulsan hasta la EDAR para ser tratadas antes de su vertido.
Los operarios retiraban piedras, algunas de un considerable tamaño, y raíces procedentes de la arboleda.
Puestos en contacto con el Ayuntamiento de Aranda de Duero, un informe técnico emitido el pasado 14 de junio, un día después de que publicásemos a través de este periódico la noticia, reconocía que se habían producido pequeños vertidos por el aliviadero situado en la margen izquierda del río Duero “tras los últimos episodios de lluvia intensa registrados”. Manifestaba, además, haber encontrado piedras de tamaño considerable en el interior del colector que podrían haber hecho efecto presa, derivando el agua hacia el aliviadero y ocasionando los vertidos. Igualmente señalaba la aparición de raíces en el colector aguas bajo el punto de alivio, “lo que ha ocasionado la perdida de sección de la tubería y la elevación de la lámina de agua en el punto de alivio”.
Desde el Ayuntamiento que las piedras y las raíces han sido eliminadas y que “se comprobó que el agua discurría por la tubería con normalidad cesando el vertido” por el alivio. Esto, como se puede ver en la imagen tomada esta misma mañana, no ha sido así.
Por tanto, en su lucha porque esta situación se arregle de una vez por todas para no afectar al medio ambiente ni a la imagen que se da de Aranda, el arandino Manuel Martín Valmaseda está dispuesto a volver a acudir al SEPRONA y a la Confederación Hidrográfica del Duero para que desde estas entidades hagan cumplir con la normativa al Ayuntamiento arandino.
Un ayuntamiento que, en su escrito al servicio de Medio Ambiente, asegura que tras haber detectado un problema ha propuesto una serie de actuaciones encaminadas a evitar alivios de aguas residuales sin depurar al cauce del río como notificar a las administraciones la incidencia detectada, revisar de forma exhaustiva la red y los pozos aguas arriba y aguas abajo del punto de alivio, y estudiar propuestas de actuación.
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