Los grafitis proliferan y ya hay una lista de 6 meses para limpiarlos

Seis meses es lo que tiene que esperar el propietario de una vivienda, establecimiento o edificio para que el servicio de limpieza municipal elimine las pintadas que, sobre la fachada, escaparate u otros elementos, amigos de vandalizar sobre lo ajeno han dejado ahí.

Una lista de espera grande teniendo en cuenta que las solicitudes se han incrementado considerablemente porque las pintadas no dejan de proliferar, a pesar de que la concejalía de Medioambiente reforzó el servicio de limpieza. Al peón especialista que trabaja durante todo el año con un furgón hidrolimpiador se añadió un refuerzo durante varios meses de otro trabajador a mayores logrando multiplicar por cuatro el número de actuaciones.

Porque si en el año pasado las actuaciones no llegaron a las 200, en lo que llevamos de año, explica el concejal responsable Carlos Medina “se han realizado 712 actuaciones a mes de octubre”. El resultado es un número que va en aumento según pasan los años. En 2021 fueron 104.

En total se estima que se limpiarán unos 22.042 metros cuadrados este año para un servicio que ya ha gastado 85.973,70 €, sobre todo en el gasto de personal y que se estimaba que iba a costar 45.000 €. Por tanto, Aranda se está gastando casi el doble en limpieza de pintadas.

 El servicio funciona, pero no da abasto con el incremento de pintadas. Esto hace que sean muchos los propietarios que estén valorando la posibilidad de poner cámaras de vigilancia en sus establecimientos. “Nos pintan constantemente los escaparates y es algo muy difícil de eliminar, ya no sabemos qué hacer”, se lamenta uno de ellos.

El teléfono 947 506 050 es el que hay que marcar para solicitar la limpieza de pintadas y es necesario autorizarlo.

Falta finalizar el año para saber los expedientes sancionadores. En el año 2022 se abrieron 12. En su mayoría finalizan con sanciones que pueden cuantificarse entre los 750 a 1.500 euros, siempre y cuando no se trate de un patrimonio calificado como Bien de Interés Cultural, en cuyo caso podría tratarse incluso como una sanción penal.