Dos años son los que han pasado desde pudiésemos volver a ver salir un globo desde la fachada de la iglesia de Santa María y, por fin, la espera se ha terminado. Y ha sido la niña de cinco años Ana Maté del Pozo la encargada de hacerlo. Ella ha sido la protagonista del acto de la Bajada del Ángel de Aranda de Duero, que pone fin a la Semana Santa en una luminosa mañana de Pascua que ha ido dando paso a las nubes.
Lo ha hecho no sin dificultades, ya que uno de los lados del cordón que llevaba atado a la cintura se ha quedado enganchado en el globo por el que era llevada al centro de la calle. No ha sido hasta que no ha sido desenganchado cuando ha podido descender para quitar el velo de luto a la imagen de Nuestra Señora de la Misericordia. Eso sí, sin perder en ningún momento su papel de Ángel, pataleando y mostrando una gran sonrisa.
Todo ello en una plaza, la de Santa María, llena de personas que no han querido perderse el principal acto de la Semana Santa arandina. La Bajada del Ángel ha tenido lugar tras el desfile de la Hermandad de la Resurrección de Cristo con el paso de Jesús Resucitado. Y tras esta bajada, la procesión ha continuado, esta vez acompañada con la Virgen de las Candelas y el “angelito”, ya calzado y bajo las andas; antes de la misa solemne de Pascua en la iglesia de Santa María La Real.
Una Semana Santa, la de Aranda, que ha podido recuperarse al 100% tras los años de parón que ha supuesto la pandemia, y que solamente ha sido afectada debido a las inclemencias meteorológicas la tarde del martes, cuando los dos pasos que tenían que haber procesionado no lo pudieron hacer a causa de la lluvia.
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