Ocho años de prisión son los que pide la Fiscalía para cada uno de los seis arandinos acusados de pertenecer a una banda que se dedicaba al tráfico de drogas. El juicio se celebra en la Audiencia provincial de Burgos mañana miércoles 2 de marzo, al que también está llamado a declarar un séptimo acusado, de Peñafiel, para el que se piden 6 años de cárcel.
Los hechos se remontan al 26 de abril de 2020, en pleno Estado de Alarma, cuando de madrugada dos agentes de policía local observaron en la calle Tenerife de Aranda de Duero a un hombre de 33 años que intentaba evadir la presencia policial. Una vez interceptado procedieron a registrar su vehículo encontrando una bolsa que contenía una sustancia blanca polvorienta y prensada en forma rectangular: 310 gr. de speed, con un valor en el mercado ilícito de 11.947, 36 €.
El hombre la iba a vender a un vecino de Peñafiel, realizando así un encargo de una tercera persona que era, realmente, la dueña de esa sustancia. Todo ello se supo porque los policías intervinieron el teléfono del hombre, averiguando así la comunicación con los otros dos varones.
La jueza del Juzgado 1 de Aranda de Duero intervino también un segundo teléfono y de él se obtuvieron detalles de las conversaciones que se mantenían y se estableció un dispositivo local de la policía judicial de Aranda estableciendo dispositivos de vigilancia.
Así el 3 de agosto se interceptó a un joven que compró 7,85 gramos de marihuana, el 27 de agosto a un joven de 17 años que había comprado dos bolsitas con la misma sustancia, y ese mismo día a tres jóvenes a los que les había vendido marihuana, hachís y una anfetamina. También el 12 de septiembre fue detenido otro varón al que se la intervinieron 10 gr. De speed que también había comprado.
Así, se comprobó que el grupo criminal estaba formado por 6 personas que actuaron entre el 31 de agosto de 2019 y el 7 de octubre de 2020 vendían sustancias estupefacientes.
El principal proveedor es hondureño, nacionalizado español con domicilio en Aranda de Duero. Él vendía la droga a varios distribuidores, que a su vez la vendían a pequeños consumidores. Todos los distribuidores: 5 hombres y una mujer, son españoles a excepción de un hombre de nacionalidad búlgara. Existe un séptimo acusado, con residencia en Peñafiel y nacionalizado español, aunque de origen brasileño.
Estos hechos, señala la Fiscalía, constituyen un delito contra la salud pública. Y por ello se pide la pena de 8 años de prisión para cada uno de los seis integrantes de la banda que viven en Aranda, con una multa de 48.911 euros. Por su parte para el vendedor de Peñafiel se solicita una pena de 6 años de prisión junto con una multa de 10.530 euros.
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