Algo más de dos centenares de personas participaban en este primero de mayo en la manifestación reivindicativa organizada desde los sindicatos de UGT y CCOO en Aranda de Duero. Finalizó con un acto musical, con un concierto del grupo local The Curtonians, pero antes hubo tiempo para la crítica, sobre todo la realizada en boca del secretario general de CCOO en la localidad, Rubén Ramos, hacia el Ayuntamiento del municipio.
“La triple entente del no”. Así calificaba Ramos al bloque formado por la oposición en el Ayuntamiento arandino, “pues su política de bloqueo les lleva a votar a todo que no, aunque sean reivindicaciones que sus partidos han defendido o incluso propuestas que han salido de algunos compañeros de sus partidos”.
Por ello realizaba un llamamiento: “señores y señoras concejales, señoras y señores de la oposición, quítense los guantes de boxeo por un rato y pónganse el sombrero de político y siéntense a negociar a debatir constructivamente y acceder de una parte y de otra para sacar adelante las propuestas que Aranda necesita para ser un lugar mejor para vivir, un lugar donde poder trabajar dignamente y un lugar donde tener futuro”, decía Ramos.
Ponía sobre la mesa necesidades como la de la Relación de Puestos de Trabajo (RPT), con un convenio colectivo de personal laboral que se remonta al año 96 y un acuerdo regulador de funcionarios del año 2000. “Necesitamos una RPT moderna a la altura de las necesidades actuales, tanto de la plantilla como de la población, una RPT que de oportunidades de crecimiento laboral a los trabajadores y trabajadoras y que puedan lograr una equiparación salarial con otras administraciones de nuestra comunidad autónoma”.
El dirigente de CCOO pedía asimismo “que el Ayuntamiento de un paso al frente” para retomar la mesa de diálogo social junto con las organizaciones empresariales locales y los sindicatos. Porque es necesario hablar, argumentaba, del plan de acogida de los temporeros, de la falta de conservación de los polígonos industriales o de la implantación de empresas. “En fin, hay que hablar de futuro”, resumía.
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