Los padres de Lucía del Mazo, la joven de 22 años que murió en 2018 en el casco urbano de Aranda de Duero a causa de un accidente de tráfico provocado por un conductor que dio positivo en alcoholemia, han interpuesto un recurso de casación ante la desestimación, por parte de la Audiencia provincial, del recurso de apelación que interponían en julio de 2021.
Ellos no entendían que la juez no hubiese impuesto la pena máxima al culpable, el conductor que chocaba contra el vehículo en el que viajaba la joven junto a su marido y a su hija de dos años. Por ello, indignados al conocer que la sentencia condenaba al culpable a dos años de prisión al considerar como atenuando el hecho de que el hombre abonó una cantidad mayor de dinero que el que le correspondería como indemnización, recurrieron a la justicia de nuevo presentando un recurso de apelación.
Los magistrados consideran que no se sustenta, y confirman la sentencia primera, imponiendo a la familia las costas procesales. Entienden que de las pruebas practicadas “no se desprende la existencia de una actuación dolosa y solamente imprudente, aunque sea grave. Por ello entendemos que los razonamientos son correctos, y la conducta enjuiciada no puede ser encuadrada dentro del referido tipo penal, por lo que se desestima el recurso “.
El accidente tuvo lugar el 18 de febrero de 2018 de madrugada cuando un vehículo conducido a velocidad alta y con las luces apagadas chocaba de manera frontal con el coche en el que viajaba la familia. El acusado conducía un vehículo por la Avenida de Castilla bajo los efectos del alcohol (0,88 mg/l), sin alumbrado y con una velocidad excesiva. Chocó con el vehículo que se encontraba circulando justo delante, que conducía la joven fallecida, que viajaba junto a su marido y su hija de dos años. El impacto provocó el desplazamiento del coche 86 metros hasta chocar con un árbol y una señal de tráfico situado en la mediana con el resultado de la muerte de la conductora, pero mientras que la pequeña fue dada de alta a las pocas horas, la madre fue derivada al centro Universitario de Burgos pero nada se pudo hacer por salvar su vida.
La familia está dispuesta a todo. Así lo aseguraba la madre de la víctima Alicia Puertas, cuando conoció la primera de las sentencias. Aseguraban su intención de luchar para que el conductor culpable entrase en prisión. “No entendemos que el hecho de que haya reconocido que tomó alcohol y que nos pidiese perdón lo considere como atenuante”, manifestaba dolida la madre, asegurando que “aquí la única que ha perdido es Lucía y este señor va a quedar libre y quien dice que no haga lo mismo, si se soluciona todo con dinero”, comentaba, indicando que el único consuelo que les quedaba era que el culpable cumpliese la pena máxima de cuatro años en la cárcel.
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