Dolor y tristeza son dos de los calificativos que utiliza la agrupación de Sentir Aranda para valorar cómo se sienten sus integrantes tras leer los motivos que María de las Viñas Ortuño, la concejala de su grupo municipal que ha dimitido, expone para tomar esa decisión.
Se sienten dolidos, exponen a través de un comunicado, por cómo se están desarrollando los acontecimientos. Y aunque su voluntad es “en la medida de lo posible no contribuir al ruido mediático, y centrarnos cuanto antes en la reorganización de las responsabilidades municipales y en seguir trabajando para Aranda”, han saltado a la palestra para ofrecer su versión.
Reconocen como “labor muy importante” la que ha realizado María de las Viñas Ortuño durante este año y medio al frente de la concejalía de Personal. Pero critican que ese trabajo lo haya hecho “en muchas ocasiones” de manera “unilateral, poco flexible y ajena a las necesidades planteadas por el resto del equipo”. “Esto ha ido generando un clima enrarecido, con conflictos diversos donde el denominador común siempre era el mismo, y un progresivo alejamiento por parte de la concejala de la dinámica del grupo”, explican.
Una situación, continúan, que ha ido a más durante las últimas semanas “donde cualquier discrepancia ha sido recibida por parte de la concejala con acusaciones de todo calibre, amenazas de dimisión, exigencias y situaciones desagradables bajo la premisa de que «todo el mundo está contra mí»”.
Señalan que han sido muchos los esfuerzos “realizados para reconducir la situación por parte de muchas personas”; pero que ella decidió aislarse. “Se negó a contestar mensajes y llamadas y se salió totalmente de la dinámica de trabajo del equipo de gobierno”, comentan; señalando que la incertidumbre y el desgaste del resto de concejales ante esta situación era mucho, pero que se mantuvo la esperanza de “encontrar un punto de encuentro que lamentablemente no se ha producido”.
Como “el trabajo del Ayuntamiento no puede estar a expensas de un comportamiento de estas características”, optaron con un cambio temporal de portavocía “que de nuevo ella considera una afrenta, una agresión y una demostración de que todos están contra mí"; haciendo efectivas su amenazas de dimisión.
Desde Sentir Aranda lamentan que la situación haya ido a más y que Ortuño esté “empeñada en hacer todo el daño posible tanto al proyecto que ha impulsado durante tantos meses como a las personas que han dado la cara por ella y que la han intentado ayudar en múltiples ocasiones, con un relato lleno de afirmaciones cuanto menos sesgadas y cuestionables”.
Continúan su escrito reconociendo que la aportación de Ortuño “ha sido muy valiosa”, y lamentando que la forma en la que se ha producido este desencuentro “resulta especialmente difícil de digerir, y nos causa profunda pena”.
Y sin interés en “enredarnos en ningún circo mediático sobre este asunto” aseguran que su foco “estará en reorganizar las responsabilidades de gobierno y seguir trabajando por el bien de Aranda, sin perjuicio de reservarnos las acciones legales que puedan corresponder para defendernos de unos ataques completamente injustificados”. Y es que, señalan cuentan con “numerosos testigos y soporte documental” de ello.
Recuerdan que las discrepancias y diferencias de opinión son normales dentro de cualquier equipo de trabajo y que “lo normal es que éstas se trabajen de manera interna y se resuelvan mediante el intercambio constructivo de opiniones”.
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