La audiencia provincial ha condenado a un vecino de Aranda a dos años de prisión por delito sexual, cárcel a la que no tendrá que ir teniendo en cuenta que en el momento de cometer el delito el hombre no contaba con ninguna condena más a pesar de que se encontraba encausado por otro hecho similar.
La víctima fue una niña de 13 años. Se encontraba con sus padres y su hermana en un bar de Aranda en febrero de 2019, donde también se hallaba el acusado con su mujer. Se fueron las dos a la casa del acusado para jugar con su hijo y en un momento en que se quedó a solas con las menores a una de ellas la pidió un beso. Cuando esta fue a dárselo en la mejilla, él giró la cara y se lo dio a la casa, para volver a hacerlo intentando meterle la lengua.
El hombre, José Félix M.G. cuenta con 62 años y no es la primera vez que se le ha denunciado por hechos similares, pero a pesar de ser reincidente no entrará en prisión. La razón: de la primera denuncia no existía sentencia firme en el momento de ocurrir los hechos.
La primera denuncia ocurrió también en Aranda y el temor de los padres es que la situación vuelva a ocurrir con otras niñas. Por ello han pedido la ejecución de la sentencia para que ingrese en prisión. “Estamos hablando de una persona que es reincidente y temo que este individuo pueda volver a actuar nuevamente como pasó con mi hija y con otra niña anteriormente”, manifiesta el padre de la víctima. Como consecuencia la menor presenta un cuadro de trastorno adaptativo de naturaleza ansiosa.
El acusado pagó 10.000 euros a la familia de la víctima como pago de los daños morales causados a la menor. A la familia no le sirve de nada esto “ni 100.000”, señalan. Sólo quieren “que pague por lo que hizo yendo a la cárcel el tiempo de la condena y que esto no vuelva a ocurrirle a otra niña”.
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