En 156 metros lineales el Ayuntamiento de Aranda quiere rendir homenaje al baile del Frontón de Aranda, un espacio que se convirtió entre los años 40 y 70 en el lugar de encuentro de los habitantes de la localidad. Lo ha hecho de la mano del artista arandino Nano Lázaro, al que encargó la elaboración de un gran mural en el lugar donde este recinto estaba enclavado, tras la gasolinera de la calle San Francisco.
Esta zona urbana es una de las que se han recuperado en Aranda, con la urbanización de una plaza que, anuncia la alcaldesa de Aranda, pasará a llamarse plaza del Baile del Frontón. Un lugar emblemático de la historia de los arandinos donde el autor Guillermo Galván colocó el suceso que da lugar a la trama que tiene que resolver el inspector Lombardi en Aranda en su libro “La Virgen de los Huesos”, que ha dado pie a la elaboración de un plano para conocer el Aranda de los 40.
Los vecinos de Aranda celebraban los bailes vermut, las fiestas, competiciones de pelota e incluso su boda en el Frontón. “Era el espacio de ocio de mucha gente que aquí pasaba su vida social y era algo muy moderno para la época porque tenía grandes salones y parques muy bonitos”, explica Nano Lázaro.
Pero sobre todo se iba a bailar en el lugar donde más se socializaba. “Como me dijo una mujer : «Todos somos hijos del frontón»”, comenta el autor.
Por ello Lázaro ha querido centrarse en la temática del baile documentándose con fotos y prensa histórica. En su mural ha querido rendir homenaje a las orquestas que tocaban de manera permanente, como la Rubi, incluyendo entre sus componentes al trompetista Alberto Espinosa que llegó a acompañar a Antonio Machín en sus giras americanas.
Magín Araúzo fue el precursor de la construcción de este complejo. En 1950 tomó las riendas Jesús Samaniego, que lo regentó hasta que en los años 70 el actual Hotel Montermoso. María Ángeles Montero es la actual propietaria de este hotel y ha acudido a la presentación del mural en el lugar donde se encontraba el recinto que gestionó la familia de su marido. “Ha sido parte de la vida de mi familia y un sitio emblemático en Aranda, si preguntas a las señoras de una cierta edad todas se han casado en El Frontón”, cuenta.
Para el autor de la obra, ha sido complicado encajar las piezas de las distintas fachadas que componen el mural “porque no todas las piezas son iguales”. La unión la ha conseguido usando líneas del mismo color. También ha utilizado mucha tipografía, como la que se utilizó en el cartel del restaurante.
El resultado, esta a la vista.
|
||||||||||||||||||||||||||
|