Con la previsión de crear entre 70 y 80 puestos de trabajo directos e invertir 12 millones de euros, la cadena Castilla Termal ha firmado hoy lunes el acto por el cual la Junta de Castilla y León cede el palacio de Avellaneda de Peñaranda de Duero para su explotación durante los próximos cincuenta años.
Las obras de reconversión comenzarán en breve, señala el presidente de Castilla Termal, porque su intención es que el palacio se abra a los clientes en 2024. “Vamos a cuidar muy bien el palacio y vamos a tratar de hacer algo que sea muy bueno, para el palacio, para Peñaranda de Duero, para Burgos y para toda esta Tierra de Castilla y León”, comenta Roberto García, indicando en la Ribera del Duero se quiere implantar su modelo turístico de calidad poniendo en marcha un hotel de cuatro estrellas.
Un día grande para el alcalde de Peñaranda, Fernando Rioja, que ha visto hecho realidad un proyecto “en el que ha trabajado mucha gente para dar una nueva vida a este edificio, que es un verdadero superviviente de nuestra historia, el verdadero padre de este pueblo al que ha acompañado en sus momentos de bonanza y también de decadencia”. Lo importante para el primer edil es que con la transformación del palacio de Avellaneda “estamos dándole una oportunidad de futuro a esta comarca”.
Un acto que ha contado con la presencia del vicepresidente de la Junta de Castilla y León, Juan García-Gallardo, y del consejero de Cultura Gonzalo Santoja.
Una suite en el salón de embajadores
Declarado Bien de Interés Cultural en 1923 y clausurado por la Junta de Castilla y León en 2011, este edificio se convertirá en un hotel termal de cinco estrellas, el sexto de la cadena, que contará con 78 habitaciones, área termal, espacio para eventos y diferentes zonas de restauración con distintas propuestas gastronómicas.
Siguiendo su modelo de negocio -rehabilitar patrimonio histórico y edificios declarados Bien de Interés Cultural para convertirlos en hoteles termales de alta gama-, Castilla Termal solicitó la concesión del inmueble para finalidad hotelera, concesión que acaba de ser aprobada por parte de la Junta de Castilla y León. En concreto, la explotación tendrá una vigencia de 50 años, con prórrogas hasta los 75.
La cadena invertirá 12 millones de euros en las obras que convertirán al Palacio en un hotel termal de referencia internacional y prevé dar empleo a cerca de 80 personas, la mayoría de ellas procedentes del entorno en el que se asienta la construcción.
El palacio de Avellaneda destaca por su portada plateresca, su patio renacentista y los impresionantes artesonados góticos y mudéjares de su parte noble. De hecho, muchas de las salas históricas del palacio serán convertidas en suites, como el Salón de Embajadores, que se transformará en una suite de cerca de 140 metros cuadrados. Es precisamente este el lugar elegido para el acto de otorgamiento del palacio.
Esta será una de las singularidades de un proyecto que, por lo demás, respetará al cien por cien los valores de Castilla Termal: apuesta por recuperar edificios históricos y por la sostenibilidad, contribuir a fijar población en el territorio a través tanto de empleo directo como de la incorporación de proveedores de cercanía y fomento de un turismo respetuoso con los entornos en los que se asientan sus hoteles.
“El sitio está fantástico y ahora lo que queremos es cuidarlo para hacer un desarrollo donde potenciemos todos los espacios, crearemos una zona termal de gran tamaño y potenciaremos un modelo de restauración que pasa por el producto de nuestra tierra, algo que ya estamos haciendo en nuestros hoteles”, explica Roberto García.
Castilla Termal contará así con cuatro hoteles en Castilla y León, en la zona de influencia del río Duero: Burgo de Osma en la cabecera, este de Peñaranda en la ribera burgalesa, Castilla Termal Monasterio de Valbuena en la ribera vallisoletana y Olmedo en Rueda.
A estos cuatro establecimientos, la cadena suma Castilla Termal Solares en Cantabria; a la espera de la inauguración de Castilla Termal Brihuega, en Guadalajara, que abrirá sus puertas en los próximos meses.
Este nuevo hotel supondrá un hito más en el plan de expansión que Castilla Termal ha emprendido hasta 2030. Un plan que contempla aumentar el número de establecimientos de la cadena hasta 14 para esa fecha, lo que supondrá 1.100 empleos directos y una apuesta clara por la economía y la calidad de vida de 14 zonas rurales que experimentarán un fuerte respaldo gracias a los principios y valores de Castilla Termal: empleo local, proveedores de cercanía, rehabilitación y dinamización de espacios históricos y fomento del turismo responsable.
El canon que pagará Castilla Termal al propietario del palacio, la Junta de Castilla y León, serán 56.000 euros anuales.
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