Fue el 1 de marzo cuando el ribereño Benjamín Hernando cogió el avión rumbo a Etiopía dentro de un nuevo proyecto solidario. Es el vigésimo que se hace desde la asociación que dirige, ASORIDO, que trata de favorecer a las familias que más lo necesitan gracias al apoyo de familias y empresas ribereñas.
Recaló en Adís Abeba, capital de este país que se encuentra en el cuerno de África y el primer problema llegó al pasar la aduana. Su personal abrió las cajas que contenían calzado donado por zapaterías de Aranda de Duero y pedían a Benja que lo declarase con el pago correspondiente. Mucho tiempo le costó conseguir salir sin hacerlo, tras convencer de que era material para donar, pero lo consiguió.
El segundo imprevisto es el que sucede, cuenta el ribereño, en el 90% de sus viajes, dos día en cama con vómitos y diarreas “hasta que el cuerpo se habitúa”, comenta.
Su estancia en Adís Abeba es con una familia muy humilde que vive en un barrio de los extrarradios de la ciudad. Ha acudido durante estos días a visitar escuelas, un orfanato y a algunas de las familias más pobres junto a los servicios sociales. También Benja ha visitado un centro que acoge familias que llegan de todos los puntos del país con hijos que tienen cáncer. “Tienen que desplazarse a la capital para realizar el tratamiento y el centro acoge a las familias y les ofrece alojamiento y comida mientras que dure, es una tarea increíble y se les echará una mano”, nos cuenta.
Ahora viene el momento del reparto de dinero y de las compras de lo que se necesita, para después dirigirse al sur del país y continuar con el proyecto. Una iniciativa con ayuda a gente muy pobre, pero “espectacular y muy acogedora”, nos cuenta Benja, señalando que “es lo que me llevo siempre de estos viajes”.
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