Los habitantes de la localidad de Torregalindo tuvieron la oportunidad de conocer ayer viernes los resultados de la primera campaña de excavaciones que se ha desarrollado en el cerro que preside la localidad, el lugar donde se encuentran los restos del castillo que se remonta al siglo XIII.
Se trata de una iniciativa del Ayuntamiento de Torregalindo, que en la búsqueda de ayudas ha contado con la primera de ellas: 15.000 euros llegados de la Diputación de Burgos, otro tanto lo pone la localidad. Y con ese dinero se ha podido llevar a cabo la primera de las actuaciones cuyo fin último será el de recuperar y poner en valor esta histórica fortaleza cuyos misterios están aún por desentrañar.
Ángel Palomino y Héctor Fonseca han sido los directores de esta campaña, que ha durado tres semanas de la mano de la empresa Patrimonio Global. En ella se ha realizado un muestreo arqueológico en tres puntos específicos del castillo, una tarea vital debido a la falta de referencias geológicas que guíen futuros proyectos.
Una primera etapa en la que se ha sondeado de forma estratigráfica dos puntos en la cara interna de los muros norte y sur del castillo con el fin de aproximarse a la secuencia ocupacional de este enclave. También se han estudiado los elementos conservados a través de la realización de un modelo digital en tres dimensiones.
Explica Ángel Palomino que los escombros acumulados “identifican varios procesos de ruina y abandono” con elementos constructivos y restos que se remontan al medievo entre los siglos XIII y XVI. Se ha observado también que existen restos de una barbacana, una estructura muy compleja de defensa que se utilizaba para soportar el muro de una fortificación y que se utilizaba en puntos estratégicos de importancia.
El camino hacia la recuperación total del Castillo de Torregalindo “es largo y complicado”, comenta Palomino, pero lo importante es que ya se han dado los primeros pasos, como la solicitud al Ministerio de Cultura una ayuda de 2,4 millones de euros. La resolución se espera para noviembre, y conseguirlo podría impulsar significativamente este proyecto, que revalorizará un Bien ya de Interés Cultural desde el año 1949, en peligro de derrumbe.
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