A pesar de que desde la Junta de Castilla y León se ha anunciado a bombo y platillo que, este año, de los 2,5 millones de euros destinados a actuaciones de protección en patrimonio eclesiástico 250.260 euros irán a parar al Arzobispado de Burgos; lo cierto es que esa cantidad es la suma de los 140.000 euros que se otorgaban en 2023 y la cantidad que se aprueba este año. Resumiendo, que es menor el dinero que dirige a la restauración de bienes.
La noticia ha caído como un jarro de agua fría al Arzobispado de Burgos por la disminución de las ayudas. Y como un jarro de agua templada en Guzmán, cuyos habitantes están a la espera de que la torre de su iglesia de San Juan Bautista sea finalmente restaurada.
Agua templada en el lado negativo son conscientes de que el dinero dirigido al Arzobispado de Burgos, 250.600 euros, seguramente no llegará para la restauración de la torre. “Hace tres años hicimos una valoración y eran 200.000 euros lo que hubiese costado. Ahora la cifra alcanzaría los 300.000 porque los materiales son más caros y hay más daño”, explica el alcalde de Guzmán Luis Miguel Rodríguez.
Agua templada en el lado positivo porque por fin el proyecto de la iglesia de Guzmán se encuentra dentro del listado de la consejería de Cultura de la Junta de Castilla y León, algo que no se había conseguido hasta ahora.
No llegará el dinero para la restauración de la torre con la aportación de la Junta porque ni siquiera lo haría si el total se dirigiese a Guzmán. Pero es que el cuarto de millón de euros se tiene que repartir con otros tres proyectos en la provincia de Burgos: la restauración del sepulcro de Fernando de Fuentepelayo de la catedral de Burgos, la restauración del retablo mayor de la colegiata de Santa María de Valpuesta y la restauración de las bóvedas y paramentos de la iglesia de San Nicolás de Bari de Santibañez Zarzaguda.
En estos momentos la torre de la iglesia de San Juan Bautista de Guzmán no corre grave peligro, pero si continúa sin arreglarse es probable que el daño sea mucho mayor. Hay ornamentación exterior de piedra que se está cayendo desde hace años, y también las cornisas. Y con cada aumenta la probabilidad de empeorar, ya que lleva consigo daños a otros elementos y arrastres. “Hay piedras que a la vuelta de unos años van a caer y va a ser más grande la avería si no se refuerza”, lamenta el alcalde de Guzmán.
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