A través de dos escritos, uno dirigido a la gerencia de Primaria de Burgos y otro a los responsables de la Junta, la Coordinadora por la Sanidad Pública de Aranda y la Comarca deja patente su enfado por la falta de profesionales médicos en la Ribera del Duero. Tanto en la atención Primaria como en lo que se refiere a especialidades.
Comenzando por la Atención Primaria, tachan de “lamentable” la situación que atraviesa la Comarca en materia de Sanidad. Con una atención que se realiza en primera instancia por teléfono cuando un gran número de pacientes, debido a su avanzada edad, tiene deficiencias auditivas o les cuesta expresarse a la hora de definir sus síntomas. A ello se une la dificultad para acceder a la petición de hora telefónica por “nuestros mayores”, con un sistema que “cuando no está estropeado te mantiene en espera de manera indefinida”, y con una falta de personal administrativo en los centros de Salud para atender las llamadas telefónicas.
Pero donde realmente está el problema, advierten, es en la falta de facultativos. Recuerdan la falta de un médico de cupo en el centro de Roa, “así como todos los médicos de Área en Roa de Duero, Huerta de Rey, Aranda Norte, Aranda Sur y Aranda Rural”. “Esto hace imposible la atención en situación normalizada del correcto funcionamiento del servicio”, apunta desde la Coordinadora, que se teme que la situación empeore cuando se abran nuevamente plazas en Valladolid.
“Necesitamos a nuestros médicos. Hay patologías crónicas agravadas por el mal diagnostico telefónico, nuevas patologías, entre ellas de enfermos de cáncer, que deben de ser diagnosticadas in situ, así como los casos de COVID mal diagnosticados por teléfono que acaban con el paciente en el hospital o en el cementerio”, explican.
Siguen faltando especialistas
Mirando a la atención especializada, la Coordinadora vuelve a incidir en la falta, desde hace dos años, de un digestivo, un radiólogo, un geriatra y un oncólogo. Al respecto de esta última área se quejan de la profesional que está atendiendo este servicio. “Casi no hablamos de la oncóloga que tenemos, porque en su poder obran toda una serie de denuncias puestas tanto por pacientes, como compañeros de trabajo, como desde la gerencia del hospital...”, aseguran.
Pero a la carencia de estos especialistas se suman ahora, añaden en su carta, la situación de medicina Interna “que se encarga de cubrir tanto digestivo como la falta del geriatra”. En este servicio se han jubilado dos especialistas, el concurso de traslados ha dejado otra plaza vacía y una internista se encuentra de baja. De esta manera la plantilla orgánica de 8 internistas se reduce a la mitad, advierten.
Critican que “hay consultas que están completamente paralizadas por la falta de médicos y sólo ven a pacientes urgentes, ni tan siquiera las citas preferentes ni por supuesto las patologías crónicas previas al COVID, o las patologías que de por si aparecen todos los años y que el COVID no ha volatilizado”.
Se añade otro problema: “que desde el HUBU no se está viendo prácticamente a ningún paciente en sus consultas externas”. “Si nuestros especialistas llevan meses en citas presenciales no entendemos como los de otros hospitales no lo hacen.
“No tiren la pelota de un sitio a otro, solucionen ya la carencia de internistas”, terminan diciendo, incidiendo en la importancia que tiene para los pacientes “que abran de una vez por todas las consultas externas del HUBU”.
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