Las concentraciones a las puertas del centro de salud de Roa del primer martes de cada mes se despiden hasta el mes de octubre. Pero regresarán, anuncia Arantza Barroeta, una de las personas que organiza esta cita reivindicativa “y con más fuerza si cabe”.
Así lo ha señalado en la última movilización, a la que han acudido más de un centenar de personas. Porque son conscientes de que hay que hacerse escuchar para obtener resultados, como así lo demuestra el hecho de que algo se haya conseguido. Un ejemplo es que la plantilla en el centro de salud de Roa se encuentra cubierta, “algo que no era así desde hace mucho tiempo”, comenta Barroeta. Otro, que se esté planteando una pequeña solución para lograr media jornada de pediatría que se sumaría a la jornada existente para los 1.151 niños de entre 0 y 14 años que los pueblos que se encuentran alrededor de Aranda de Duero. “Algo se ha movido, aunque sea un pequeño parche”, comentan.
La importancia de la Salud Mental
Todo ello en una movilización que ha querido esta vez centrarse en el problema de la salud mental. Para ello se ha querido contar con la presencia de la coordinadora de programas de Salud Mental Aranda, Cristina Pérez.
Ella ha dejado patente la escasez de profesionales en Aranda de Duero, con un equipo formado por tres psiquiatras y una psicóloga para atender a una población que engloba a 65 municipios y cerca de 60.000 personas. “Este volumen provoca que la frecuencia de las citas sea cada vez más espaciada, o que los tiempos de espera para una primera cita se alarguen estrepitosamente en tiempos”, explica Pérez.
Esta situación hade, añade, que los médicos de atención primaria se vean abocados a atender consultas específicas de salud mental, recetar antidepresivos y ansiolíticos y contener la situación hasta que se pueda recibir esa atención especializada.
Otro problema se añade si se observa la atención en salud mental para menores de 18 años, que no reciben atención en Aranda de Duero sino que tienen que trasladarse a Burgos para recibir atención. Y también el hecho de que las personas que acuden de la comarca ribereña al hospital de día, “el único recurso terapéutico con el que contamos en Burgos”, tengan que viajar hasta la capital de la provincia.
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