Los viticultores de Ribera se muestran preocupados por presencia del mildiu, una enfermedad fúngica que no es habitual en Ribera, pero que este años está dando dolores de cabeza al darse las condiciones climatológicas. Una primavera cálida y húmeda y un verano tormentoso. Desde el Consejo Regulador tranquilizan respecto a esta situación, trasladando que “de momento no vamos a considerar que hay algo relevante, no es un problema generalizado”. Recuerdan que la zona de calidad es una de las menos propensas a sufrir esta enfermedad sanitaria, aunque este año se han dado las condiciones para ello.
Por otra, hay viticultores que sí confirman su presencia en algunas parcelas. “Ha hecho daños con pérdidas muy importantes, sobre todo las parcelas en ecológico”, narra el viticultor Daniel Maestre. El productor mantiene que en los próximos días se observará las consecuencias en este sentido de las últimas tormentas importantes vividas la pasada semana. El riesgo de cara al presente y futuro lo ve variable, “ya que está haciendo mucho calor, pero puede aparecer la lluvia en algún momento y ahí está el peligro”.
En principio, este año, se han dado las condiciones climatológicas perfectas para que el mildiu prolifere. Una primavera cálida y húmeda y un verano tormentoso. A partir de ahí, y tras un periodo de incubación que oscila entre 1 y 2 semanas en función de la humedad del ambiente, y sobre todo de la temperatura, aparecen los primeros síntomas visibles. La enfermedad se puede dar en diferentes medidas a todos los órganos verdes, principalmente hojas y racimos. El momento más sensible se sitúa en el período floración-cuajado, entre mediados y finales de junio y principios de julio, donde se pueden ocasionar la pérdida total del racimo.
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