Nava de Roa dice no a la colocación de reductores de velocidad en la BU-131

La Junta de Castilla y León no podrá instalar, de momento, la colocación de reductores de velocidad en la travesía de la BU-131 de Nava de Roa, que une esta población con las de San Martín de Rubiales y Castrillo de Duero (Valladolid). Porque, aunque es una mejora que debe hacer la Junta de Castilla y León, se precisa antes de la solicitud del Ayuntamiento de la localidad, algo que no se ha realizado aún.

Y es que, a pesar de que se trata de una petición hecha por algunos de los vecinos y que se ha llevado a Pleno hasta en dos ocasiones, lo cierto es que aún no se ha aprobado esta solicitud a la Junta. La primera vez se llevó a sesión plenaria el pasado 11 de septiembre, pero se quedó sobre la mesa debido a que no asistieron dos de los cinco concejales. El pasado 11 de diciembre volvió a llevarse, explican los vecinos interesados, pero fueron cuatro los votos negativos y tan sólo uno positivo.

“No hubo muchas argumentaciones de estas decisiones, pero lo que quedaba un poco en el ambiente, era el sentir de algún miembro de la corporación de que habría problemas a la hora de ubicar el lugar de los reductores, ya que habría vecinos que se quejarían”, explica el impulsor de esta iniciativa Luis Pablo Santurde.

No entiende esta negativa y comenta que “no hay que ponerse la tirita antes de hacerse la herida”, porque se entiende que en caso de que la solicitud se apruebe “la Junta enviaría los técnicos que entienden de estas cosas, se harían los estudios pertinentes y determinarían los lugares donde deberían ponerse”.

Son 24 los vecinos, casi todos con viviendas en la travesía, que han firmado la petición a la corporación local de instalar estos reductores. Su meta es aumentar la seguridad de los transeúntes por esta travesía, teniendo en cuenta que son numerosos los camiones y tractores que pasan por ella.

Explican que este vial posee aceras muy pequeñas para los peatones y que en algún punto es imposible que puedan cruzarse dos vehículos. “Esto, sumado a la velocidad que alcanzan algunos vehículos, hace que sea una zona muy peligrosa y, espero y deseo, que no haya accidentes”, manifiesta Santurde.

Su próximo paso será apelar a otras instancias, entendiendo que “no podemos quedarnos pasivos ante la cantidad de vehículos que pasan a diario por esta travesía, unos respetando la velocidad y otros a una velocidad descomunal”, terminan diciendo.