Gelasio García es vecino de la localidad de Quintanarraya. Desde hace siete años formaba parte de la Junta directiva de la Unión comarcal de Pensionistas y Jubilados (UPD) de la Ribera del Duero y el pasado mes de marzo cogía la batuta de manos de Antonio Albarrán, el anterior presidente, para ocupar su lugar. También es tesorero de la federación burgalesa que agrupa a las distintas agrupaciones de la provincia. Con él nos adentramos en el trabajo de este colectivo.
- ¿Cuántas asociaciones de la comarca forman parte de la Unión de Jubilados?
- La agrupación representa a un total de 68 asociaciones de jubilados de la Ribera del Duero y calculamos que son unas 5.000 personas las que forman parte de esas asociaciones distribuidas en los pueblos de la comarca.
- ¿Qué es lo que se hace desde aquí?
-Tratamos de llevar actividades a los pueblos de la comarca. A través de la Federación de Burgos organizamos talleres de gimnasia, memoria, estimulación cognitiva, o manejo básico de móviles. Pero también programamos otro tipo de eventos, como cursos de formación de directivos, o apoyamos a las asociaciones que forman parte de la federación.
- ¿Cuál es el objetivo de la Unión de Jubilados?
- El objetivo principal es el de dinamizar los pueblos, y por eso también desde la agrupación de Aranda celebramos la fiesta fin de curso, la jornada de convivencia con juegos autóctonos y bailes de salón, o viajes a lo largo de todo el año.
- ¿Es importante para una persona jubilada contar con actividades cerca de su casa?
- Mucho. Hay que trabajar para que haya algo que nos mantenga ocupados. Yo digo, por ejemplo, que una clase de gimnasia es una inyección menos para el cuerpo. Porque además de participar en una actividad te relacionas con la gente, estás ocupado y eso es interesante.
- Hablemos de personas mayores y mundo rural. ¿Qué problemas se encuentran?
- Uno de los mayores problemas es el de ir a los bancos y realizar los trámites. Desde Quintanarraya, por ejemplo, subimos a Huerta de Rey y son cuatro kilómetros, pero hay pueblos más alejados o casos en los que es necesario bajar a Aranda. Y eso te va machacando, porque si puedes bajar y puedes conducir bien, pero si no te tienes que apañar con el vecino. Otra cosa son los médicos, aquí tenemos suerte porque viene una vez a la semana, pero si esto empeora nos vamos a ver muy mal.
Y la soledad sería otro problema importante, porque cada vez hay menos gente en los pueblos y es más mayor. Mientras vives con la pareja estás bien, pero si muere uno de ellos se agrava.
- Pero hay beneficios, ¿no?
- Sí, muchos. El primero es que estás en tu casa y en tu pueblo. Es verdad que no es igual que cuando vives en una gran ciudad, donde tienes de todo en cuanto sales a la calle, pero se vive bien mientras que venga la panadera, el carnicero, el frutero… No podría ser fácil vivir en un pueblo si faltan estos servicios.
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