Vecinos de la comarca se movilizan en Aranda de Duero contra las macrogranjas

Más de tres centenares de personas se han dado cita a mediodía de hoy sábado en Aranda de Duero para participar en la concentración en Aranda de Duero contra la proliferación de granjas de cerdos de grandes dimensiones en la comarca ribereña. Organizada por la plataforma Stopmacrogranja.fuentemolinos, la movilización ha nacido en la localidad de Fuentemolinos, donde desde hace años se está luchando para evitar la implantación de una granja de cerdos. Su número será de 1.999 animales, con el fin de que no sea necesaria una autorización ambiental ganadera.

La plataforma nacía el pasado mes de agosto, tras una manifestación que tuvo lugar en el municipio, y donde se inició una campaña de firmas. La convocatoria de hoy ha sido otro de sus retos, que ha superado con creces al lograr una concentración a la que se han unido también vecinos de pueblos de la comarca. Además de personas que viven en los pueblos colindantes de Fuentemolinos, como Adrada de Haza, La Sequera de Haza, Fuentecén o Castrillo de la Vega entre otros; acudían también personas que se sienten afectadas con los proyectos de granjas y plantas de biogás en Milagros, Villatuelda y Fuentelcésped. Todos los participantes han iniciado su reivindicación tras un minuto de silencio en recuerdo por las víctimas de la dana que ha asolado sobre todo la provincia valenciana.

 

 

 

Mariví Rodilla es la representante de la plataforma Stopmacrogranja.fuentemolinos. Asegura que ha sido muy positiva la respuesta que se ha tenido hoy para una llamada de atención que surge “cuando las instituciones te fallan”. Asegura que la lucha sigue en pie, y uno de los siguientes pasos está siendo la llamada a la puerta de la Confederación Hidrográfica de Duero. “Ya tenemos el agua envenenada por nitratos y ahora sólo nos falta una macrogranja”, critica, advirtiendo que la creación de grandes granjas de cerdos para dar cabida a 1.999 animales no es sino un recurso para conseguir su apertura sin licencia ambiental, ya que con un animal más sí que sería necesaria esa autorización.

“Hay trampas legales y los tienen muy bien estudiados. Te montan una granja de 1.999 cerdos, que no hay ninguna diferencia entre una de 2.000, pero la legislación las medidas de seguridad son totalmente diferentes, está todo montado para que puedan hacer las trampas necesarias y luego pedir ampliaciones”, reprocha.

Temen los manifestantes que Castilla y León se convierta “en la porqueriza de Europa si seguimos así” y muestran una sensación de indefensión muy grande.