Miguel Ángel de Domingo acaba de ser reelegido por tercera vez presidente de la Asociación de Sumilleres de Aranda y la Ribera (ASAR). Le gusta su trabajo y el que se realiza desde el colectivo que lidera y mucho más que los jóvenes se formen en el sector de la sumillería. Con él hablamos hoy.
- Ocho años como presidente de ASAR pero, ¿desde cuándo estás inmerso en el mundo de la sumillería?
- Alrededor de 25 años. La asociación se creó entonces de la mano de Juan Velasco, que fue el primer presidente. Hacíamos catas en su bar, el antiguo BMW, y allí se formó. Él estuvo presidiéndola hasta que lo hice yo. Y siempre hemos tenido la misma filosofía, la de aprender y enseñar con todo el mundo que se acerque. Yo me empecé a formar en ese pequeño grupo.
- ¿Qué diferencia hay entre un camarero y un sumiller?
- Desde luego un sumiller siempre es un camarero, pero un camarero especializado con más conocimientos.
- ¿Qué hace falta para alcanzar ese grado?
- Formarse, estudiar mucho, ser abierto y conocer otros sitios. Hay que aprender sobre otro tipo de vinos, licores, aceites, jamones, quesos, panes… la sumillería abarca muchos temas y cuanto más conozcas y salgas para aprender, mejor estarás preparado.
- ¿Hay en Aranda de Duero y en la comarca buenos sumilleres?
- Sí que los hay, y buenos; lo que pasa es que considero que todavía no hay muchos establecimientos que apuestan por contar con ellos y darles la responsabilidad que se merecen. Los sumilleres, por desgracia, sólo se valoran en restaurantes con estrella de Michelín o en grandes restaurantes que tengan posibilidades de tener una carta amplia y poder ofertar vinos de todo el mundo. Porque de eso se trata ser sumiller, de no casarse nunca con nadie ni con nada.
- En la zona de Ribera del Duero la estrella es el vino. ¿Se sirve bien en nuestros bares?
- En ese punto creo que hay fallos y bastantes, porque un vino hay que servirlo en una copa adecuada, a una temperatura adecuada y como dios manda. Hay muchos sitios que lo hacen bien, pero a veces se echa de menos cuando vas a un bar que te sirvan bien un vino, creo que para ser Aranda de Duero capital del vino se deberían tener mejores profesionales en el servicio del vino.
- ¿Qué se ha conseguido desde ASAR?
- Hemos logrado que mucha gente joven que no sabía que existíamos esté dentro de la asociación, involucrada, que esté estudiando y se esté formando para su futuro. Porque cuanto más conocimiento tenga mucho mejor para esa persona y para la empresa en la que trabaja. Se está avanzando despacio, pero se está avanzando.
- ¿Cuántos socios sois y cuánto corresponde a personas jóvenes?
- Unos 60 socios y vamos en aumento. Alrededor del 80% es gente joven, savia nueva que dará mucho que hablar en el futuro, y estamos aumentando. Uno de mis objetivos es conseguir gente joven para participar en los concursos regionales de sumillería, y hay gente joven que se está preparando y lo puede conseguir.
- ¿Os habéis marcado más retos?
- Ojalá algún año consigamos estar en la elite de la sumillería a nivel nacional, como hace poco lo consiguió Eleonora Ivanova, que estuvo entre los diez mejores. Espero que dentro de poco se repita eso o que se incremente.
Después está el reto de que todo el mundo aprenda, que esté contento y colabore.
- ¿Qué actividades realizáis?
- Una vez al mes organizamos una cata, de vinos o de productos dentro de la sumillería, porque el campo es muy amplio. Visitamos bodegas, fábricas… Todo lo que podemos para no dejar de aprender nunca.
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