La idea ha surgido a iniciativa propia del ribereño Fidel Martínez y ha sido recogida por la empresa encargada de organizar los premios Envero. Gracias a su trabajo, la jornada de este sábado en la que se catarán los vinos que se presentan al concurso contará con un diseño muy especial de dos metros y medio de altura.
Hoy viernes se ha montado, y consiste en un racimo de uvas hecho, nada más y nada menos, que con garrafones de vidrio. De esta manera se persiguen tres objetivos: acercar el arte al recinto ferial con un objeto artístico que hace referencia a los premios, reutilizar elementos en desuso, algo en lo que Martínez es especialista, y “homenajear a nuestros antepasados con los garrafones que un día usaron”, comenta este artista.
Los usaron, y para funciones que también están relacionadas con el vino, ya que estas cántaras, -de 8, 16 y 20 litros-, eran las que se utilizaban para llevar el mosto una vez estrujada la uva desde la cooperativa a la bodega.
La idea buena. El resultado, espectacular.
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