Aranda de Duero acogerá los días 10 y 11 de noviembre el Congreso de la Arquitectura del Vino. Se trata de una actividad organizada por el Ayuntamiento que forma parte de las novedades del programa de la celebración de la capital ribereña como capital europea del vino para la que ya están abiertas las inscripciones. Estas son gratuitas, y pueden realizarse a través de un formulario web.
Javier Iglesia Berzosa y Alfredo San Sanza son los directores de este congreso, que se convertirá en un encuentro para abordar la arquitectura tradicional ligada al vino, así como en la cultura que la rodea, teniendo en cuenta que la existente en la Ribera del Duero es un referente.
La actividad va dirigida a aquellas personas interesadas en la conservación de este patrimonio, tanto propietarios de elementos de esa arquitectura, como usuarios, elaboradores de vino, estudiantes o investigadores.
Los arquitecros María José Yravedra, Alfresdo Sanz y Félix Jové Sandoval; y el arqueólogo e historiador Jaime Nuño González serán los protagonistas de las ponencias del jueves. Es día también se contará con representantes de la asociación de Amigos de las bodegas y el castillo de San esteban de Gormaz (Soria), de la comisión de usuarios de las bodegas de Sotillo de la Ribera y del Ayuntamiento de Moradillo de Roa, impulsor del Cotarro de bodegas. Y se hará una visita al barrio de las bodegas de Sotillo de la Ribera y a algunas bodegas subterráneas de Aranda de Duero.
El viernes se contará con el antropólogo Luis Vicente Elías Pastor, la arqueóloga Asunción Martínez Valle, el historiador arandino Javier Iglesia, el también historiador y antropólogo Vicente Checa Yus y la socióloga Cristina Alcalá. Darán a conocer sus proyectos también desde la Asociación de bodegas y cuevas de Dueñas (Palencia), desde la oficina de turismo de Mucientes (Valladolid) y desde la Asociación de Amigos del barrio de bodegas de Quel (La Rioja).
Los especialistas ofrecerán una visión global en arquitectura, historia, antropología o arqueología. El resto presentará las iniciativas puestas en marcha con el objetivo de cuidar este patrimonio cultural.
La arquitectura del vino en Aranda de Duero
La web del congreso ofrece algunos detalles que unen a Aranda de Duero con el mundo del vino, donde a mediados del siglo XVI la recogida media anual era de 55.000 hl. de vino.
Ello conllevaba una producción anual de más de 2.500 cubas que tenían que almacenarse en las bodegas, hecho que ha derivado en que la capital ribereña cuente con ocho kilómetros y medio de túneles y naves. Y la mayoría se conserva, algo que no ocurre con los lagares y prensas que se situaban a ras de calle en los edificios. Pero alguno se conserva.
El resultado: en el subsuelo arandino se superaron a mediados del XVIII las 300 bodegas, horadadas hasta los 10 o 12 metros de profundidad para conservar el vino en una temperatura constante.
Existen datos que atestiguan la importancia del vino en Aranda, como un documento de 1440 de Juan I de Navarra indicando que el vino era el principal cultivo en la Villa y Tierra de Aranda; otro de 1474 solicitando la posesión de una bodega, uno en 1503 sobre un pleito que se refieren a ellas de “muy antiguas” o una carta de Carlos V de 1551 con una concesión de nueva construcción de bodegas.
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