"En la escuela siempre se aprende, siempre. De unos lo que tienes que hacer y de otros, lo que no tienes que hacer"

Efrén Santos es maestro en el colegio rural agrupado Diego Marín de Peñaranda de Duero y acaba de ver la luz el libro que ha escrito para demostrar que “#otrasmatemáticassonposibles”. Precisamente el centro en el que trabaja cada día ha sido el lugar elegido para presentarlo en un acto que tuvo lugar este jueves. Con él hemos querido sentarnos hoy, para hablar de matemáticas, pero sobre todo de educación.

 

- ¿A quién va dirigido este libro?

- Eso mismo me he preguntado yo al hacer el libro muchas veces.  Y también quién va a comprar un libro de matemáticas. Yo esto lo resumo con la metáfora de la botella.

“Pensad, amables lectores, en una simple botella de agua. Olvidad los problemas del día a día y pensad sólo en una simple botella de agua. ¿la estáis visualizando ya?

Una botella de agua cuesta unos veinte céntimos en un supermercado.

Si pides una botella de agua en un bar normal de barrio, te cuesta un euro.

En un gimnasio te pueden cobrar dos euros.

En un avión seis euros.

En una discoteca en Ibiza quince euros.

En Dubai hasta veinte euros.

¿Cuánto valdría en el desierto?

La botella es la misma, el agua es la misma, lo que cambia es el lugar.

Por eso este libro, si tu lugar es la escuela y das matemáticas, te va a resultar valioso”.

 

- ¿Algo está fallando en la educación?

-Pues muchas cosas la verdad, pero destacaría que es hay más papeleo del que debería y eso en vez de sumar, resta. Deberíamos dedicar ese tiempo a investigar y tener formación porque estamos muchas veces dando clases del siglo XX a niños del siglo XXI que van a vivir su vida en el siglo XXII.

- ¿Por qué las matemáticas son tan duras para nuestros niños y adolescentes?

- Las Matemáticas son una asignatura que provoca sentimientos encontrados; para algunos despiertan verdadera pasión, mientras que, para otros, generan una profunda aversión. Generalmente, la animadversión hacia las matemáticas se debe a una falta de comprensión, y como docentes, a menudo, nos encontramos con este problema entre nuestro alumnado. Para algunas personas, las matemáticas parecen una montaña insuperable. Esta idea a veces se gesta en el entorno familiar. Todos hemos oído frases como «Eres más de letras» o «Si no se te dan las matemáticas, no hay nada que hacer». Aunque es comprensible que estas creencias provengan del hogar, es inaceptable que nosotros, como docentes, perpetuemos esta idea y justifiquemos nuestra deficiente labor con excusas tan desafortunadas. Si sabemos que nuestros métodos tradicionales no funcionan, ¿por qué seguimos utilizándolos? ¿Por qué no intentamos innovar? Reflexionemos sobre estas preguntas durante unos minutos...

- ¿Qué contestas a tus alumnos cuando escuchas eso de «para qué sirven las matemáticas»?

- Las matemáticas escolares son como un superpoder disfrazado. Quizás no lo veas ahora, pero están en todas partes: desde calcular descuentos en las rebajas, hasta planificar un viaje, o incluso entender cómo funciona el mundo de las inversiones y los ahorros. Y si te gustan los videojuegos, ¡sin matemáticas no existirían los gráficos ni la programación! Te enseñan a pensar de forma lógica y estructurada, algo que usarás para resolver problemas en la vida cotidiana, incluso sin darte cuenta.

Así que, aunque no parezca, las matemáticas te entrenan para tomar decisiones y entender mejor el mundo. ¡Nunca se sabe cuándo un poco de cálculo mental te puede salvar el día!

- ¿Hay otra forma de impartir esta asignatura para que guste?

- ¡Por supuesto que sí! Enseñar matemáticas puede ser como un juego. ¿Qué tal si en vez de aprender fracciones con números en la pizarra, lo hacemos con pizzas o chocolates? ¿O convertir las fracciones en un reto estilo "escape room", donde sólo puedes salir resolviendo los problemas? A los niños les encanta aprender cuando lo que hacen tiene sentido para su mundo y es divertido. Juegos interactivos, acertijos y actividades prácticas pueden convertir lo que parece aburrido en algo emocionante. ¡Las matemáticas no tienen que ser una tortura, pueden ser una aventura!

- ¿Qué tipo de métodos propones en el libro? ¿Nos puedes decir algún ejemplo?

-Básicamente unas matemáticas activas, dinámicas, participativas y poniendo el foco en los verdaderos protagonistas del aprendizaje, los alumnos. En el libro propongo repensar las matemáticas escolares y romper con la enseñanza tradicional basada en el aprendizaje memorístico.

Entre otras dinámicas se pueden encontrar retos para empezar la clase. Juegos de educación física para trabajar conceptos abstractos de matemáticas. Y la utilización responsable y justificada de las nuevas tecnologías para que nos ayuden en el proceso de enseñanza-aprendizaje: robótica, realidad aumentada, impresión 3D e inteligencia artificial.

 

Presentación del libro./ Imagen proporcionada

 

- ¿Qué es lo que te parece más mágico de las matemáticas?

- Lo más fascinante de las matemáticas es su capacidad para transformar lo invisible en visible. Desde predecir la trayectoria de una estrella hasta describir la forma de una flor, las matemáticas son el lenguaje secreto que conecta todo lo que nos rodea, uniendo lo abstracto con lo real en una simetría perfecta. Al final, las matemáticas son el arte de encontrar el orden en el desorden.

- ¿Qué te llevó a ti a enamorarte de las matemáticas?

- Siempre digo esta frase: “En la escuela siempre se aprende, siempre. De unos lo que tienes que hacer y de otros, lo que no tienes que hacer”. Personalmente no he tenido maestros buenos de matemáticas en mi etapa escolar, pero aprendí de ellos y me prometí que si algún día era maestro lo iba a hacer lo mejor posible.

Las matemáticas te enamoran porque son como resolver un buen misterio: cada problema es un reto, y cuando encuentras la solución, ¡es como descubrir el tesoro escondido! Además, tienen una belleza secreta: todo en el universo, desde las estrellas hasta las hojas de los árboles, sigue patrones y reglas matemáticas. Es como si las matemáticas fueran el lenguaje en el que está escrito el mundo. ¿Y lo mejor? Siempre son lógicas, siempre tienen sentido, y eso en una vida llena de caos, ¡es un verdadero romance intelectual!

- Tú trabajas desde hace años en un colegio rural. ¿Existen beneficios de aprendizaje en este tipo de centros con respecto a otros en poblaciones y ciudades más grandes?

-Aunque a menudo se considera que las escuelas rurales pueden tener menos recursos o infraestructura, lo cual no es cierto a día de hoy por lo menos en la Ribera, puedo afirmar que ofrecen ciertas ventajas pedagógicas y sociales que pueden ser únicas.

La atención es más personalizada, con menos alumnado por clase donde los docentes pueden dedicar más tiempo y esfuerzo a las necesidades individuales de cada alumno. Se fomenta la colaboración entre edades, lo que no sólo refuerza el aprendizaje de los mayores, sino que también fomenta una cultura de ayuda mutua y solidaridad. El ambiente de aprendizaje más tranquilo y conectado con el entorno, lo que promueve la curiosidad y el aprendizaje. Se da mayor sentido de comunidad porque las escuelas rurales suelen estar profundamente integradas en la vida de la localidad. Se desarrollan habilidades interpersonales más profundas. Y por último, se potencia el aprendizaje autónomo y el sentido de responsabilidad en los alumnos desde una edad temprana.