Fátima Guerra Doncel es maestra y pedagoga, pero es que además es hija del que fuera alcalde de Aranda entre los años 2003 y 2007, Ángel Guerra. Él siguió su carrera política en la Diputación provincial hasta que la mala sombra del Alzheimer llamó a su puerta. A Fátima se le ocurrió la genial idea de explicar a través de un cuento qué es la enfermedad. Su trabajo, el cuento “Mami, ¿qué le pasa al Abu?”, le ha hecho ganar el premio en la categoría de literatura infantil y juvenil de la editorial Círculo Rojo. Este viernes lo presentó en la Casa de Cultura de Aranda con mucho éxito. Hoy hemos querido hablar con ella.
- ¿Es este el primer cuento que escribes?
- Sí, yo soy maestra y a eso me dedico, pero la idea de este cuento surgió como respuesta a las preguntas que me hacían mis hijos Carmen y Lucas. Mi padre nos ayudaba, les llevaba al cole y les iba a recoger. Hubo un momento en el que mi hija me hizo esa pregunta: “Mami, ¿qué le pasa al abu?”. Entonces, cuando quise buscar información, vi que no había publicaciones para explicar a los niños lo que es el Alzheimer, y pensé que la mejor manera de contárselo era a través de un cuento. Por eso me decidí a hacerlo.
- Y contaste lo que le estaba pasando a su “abu”…
- Sí, porque es la historia real, no hay nada inventado. Cuento lo que ocurre y las ilustraciones, que las ha hecho la ilustradora Ana Percherón de la editorial Círculo Rojo, están basadas en fotos que yo la he proporcionado de mi padre, hasta la ropa de los dibujos es la de él. O fotos con mi madre en una cala donde pasaban los veranos. Todo es tal y como ha ocurrido.
- Cuando una persona mayor sufre Alzheimer, ¿quizás en los que menos se piensa es en los niños?
- Están un poco descolocados, en muchas familias se intenta que los niños ya no estén con el abuelo para que no le vean como está. Yo, personalmente, no me siento bien apartando a mis hijos de mi padre y siguen yendo a su casa. Ya no les conoce, pero al oírles les mira a los ojos. Ellos saben lo que ocurre y lo que pretendo con el libro es que todos los niños que lo lean sepan que existe una enfermedad que se llama Alzheimer y que a los abuelitos les hace cambiar.
- Porque el libro comienza con el abuelo yendo a recoger a sus nietos…
- Sí, mi padre siempre va a recogerlos y les llevaba colines. Primero para ellos, pero después para todos los amigos. Mi padre mandaba en la panadería partir los colines para todos. Aún hoy los amigos de mis hijos preguntan por su abuelo.
El abuelo dejó de saber dónde está el cole, y la hermana mayor, que es la que me lo preguntó, quiere saber qué ocurre. Y se le explica los que pasa y que la mejor manera de ayudarle es dándole muchos abrazos y la niña lo que hace es crear una caja de secretos para dejar allí todos los recuerdos para enseñar a su abuelo.
- Ganaste el premio de la editorial. ¿Has vendido ya muchos libros?
- Desde el mes de mayo que salió ya se han vendido 600, algo que no me esperaba. Primero hicimos 200 y yo creí que se me iba a hacer grande esto, pero se vendieron en una semana. No me lo creía. Está siendo brutal.
- Pero me han contado que ganancias no te llega ninguna.
- No, la mayoría de los beneficios son para AFABUR, la Asociación de Familiares y Enfermos de Alzheimer de Burgos, y el resto para pagar a la editorial el trabajo y la impresión, por lo que tengo que poner incluso dinero, pero esto lo hago porque yo lo necesitaba, y porque sé que a mi padre le hubiera encantado. Así que con eso ya me vale.
- ¿Ofrecen estas asociaciones una buena ayuda?
- Muchísima. Tenemos mucho trato con ellos y nos ayudan. Viene una chica a casa y, bueno, son casi de la familia.
- ¿Qué respuesta está habiendo en las presentaciones?
- Son para los niños, por supuesto, pero más bien están destinadas a los adultos aunque sea de un cuento infantil. Hablamos del Alzheimer, de los cuidadores de casas y un poco de la cara oculta del cuento.
- ¿Puede ser que centremos más el problema en la persona enferma que en las que conviven con ella?
- Desde luego. Es muy importante el papel de los cuidadores que están ahí las 24 horas del día. Mi madre es la que está con mi padre. Nunca ha querido llevarle a una residencia y lleva el peso de todo. El cuidador está muy olvidado, pero es el principal porque es el que lleva el sustento del enfermo de Alzheimer. Hay que cuidarlo y reconocer lo que hace.
- ¿Te has propuesto publicar algo más?
- De momento no me he propuesto nada. Sí que tengo algo escrito a medias, pero solamente para adultos sobre cómo es vivir con una persona con Alzheimer, pero de momento eso me lo dejo para mí. Lo que yo quería, que era dar visibilidad al Alzheimer y que los niños conozcan esta enfermedad se está consiguiendo.
Existe el Alzheimer como existen otras demencias, el cáncer o la muerte, y eso no hay que esconderlo, hay que convivir con ello.
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