El compromiso y la labor promocional que hace de Aranda, La Ribera del Duero, el vino de Ribera y el enoturismo a través de la música es lo que ha llevado a los organizadores de los premios Envero a otorgar este año el Envero de Honor a Javier Ajenjo Carazo. Un arandino que, diplomado en Turismo, ha puesto en el mapa de España el nombre de Aranda de Duero.
Así lo ha anunciado hoy la concejala de Turismo, Olga Maderuelo, que ha resumido su trayectoria. Fundó Bodegas Neo en la que ha englobado sus dos pasiones: el vino y la música.
Paralelamente, fue alimentando la semilla de la promoción de Aranda de Duero vinculada a los conciertos de música. Con Art de Troya creó Sonorama Ribera, un festival con 25 años de vida ya, que se ha convertido en una referencia a nivel nacional e internacional congregando en la localidad a más de 35.000 personas durante cada uno de los días de su celebración. Siendo, además, portada de los grandes medios de comunicación y consiguiendo con ello el reconocimiento de nuestra ciudad como destino.
“Javier, como gran embajador de nuestro territorio y de sus vinos, vende el Espíritu Ribera como una forma de vida, vinculada a quedarse en su ciudad, al paisaje que confieren los viñedos, el patrimonio, la gastronomía, con orgullo de pertenencia, capaz de no perder la esencia en cada uno de sus proyectos”, explica Maderuelo.
Por tanto, por su contribución durante décadas a la promoción de Aranda, La Ribera del Duero, a la cultura vitivinícola y musical, por su cariño y compromiso con su tierra, por su esfuerzo incondicional por sacar adelante proyectos en su ciudad, este año el equipo organizador de los Premios Envero de Aranda de Duero considera merecedor de la distinción de Envero de Honor 2023 a Javier Ajenjo.
Cambios en la organización de los Envero
Por otro lado, la renuncia de la empresa adjudicataria de la organización de los premios Envero ha motivado que la segunda propuesta, Planeta Sonoro, se encargue de estas labores.
Fue la empresa malagueña Makire Eventos C2T la que logró mayor puntuación. Explica Olga Maderuelo que de ella partió proponer un cambio en el cátering, que fue aceptada “pero se le hizo un requerimiento y renunció porque se vio incapaz de contratar los grupos musicales y el material para la cata ciega”, comenta.
Por tanto, se optó por adjudicar el servicio a la segunda empresa de la lista.
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