Nueve días son los que lleva el artista arandino Nano Arribas Lázaro instalado en Langen. Se encuentra en el ecuador de lo que es su último proyecto. Invitado por el ayuntamiento de esta localidad alemana y por el Consistorio arandino a través de la concejalía de Hermanamientos, el muralista se encuentra en esta ciudad hermana con Aranda de Duero para dejar una impronta arandina.
Una huella. Mejor dicho, dos huellas, ya que se trata de dos murales, que quedarán instaladas en la plaza que lleva el nombre Aranda de Duero en Langen. Dos muretes enfrentados en el perímetro de la plaza que cuentan cada uno de ellos con 12 metros de largo y 2 metros de altura.
¿Qué reflejará el artista en ellos? Uno se centrará en la parte gastronómica y monumental de Aranda de Duero. “Es la parte más tradicional, aunque con un diseño muy moderno”, explica el autor, señalando que en este muro habrá cabida para las iglesias de Santa María y San Juan, el lechazo o el vino.
La segunda parte del mural aglutinará el hecho de que “Aranda es música en todos los sentidos”, por ello estará presente con un escenario, representación del traje regional e incluso se incluirá la barandilla del puente Duero o el helicóptero que se encuentra en la confluencia de Luis Mateos con la avenida de Castilla.
Langen quería que la plaza que lleva el nombre de Aranda de Duero contase con una obra de un artista de la ciudad ribereña. Nano Arribas aceptó la propuesta y durante dos días ha viajado en coche para llegar allí. “Podía haber comprado el material aquí, pero eso lo sé ahora que estoy, por eso quise ir a lo seguro y traerme el compresor y todo lo que necesitaba en el coche”, explica.
Y, casualidades de la vida, resulta que un compañero que fue al colegio con Nano Arribas vive precisamente en Langen donde se encuentra trabajando. Él es Laín Mencía y es la persona que está sirviendo de intérprete.
“Es una gran experiencia”, comenta el artista, explicando que la plaza de Aranda de Duero se encuentra en una barriada con familias jóvenes que están siguiendo el desarrollo de su trabajo. “Todos los días me junto con un corro de niños maravillosos, y alguno ha podido pintar con el aerógrafo”, nos cuenta.
Eso sí, la plaza de Aranda de Duero en Langen no tiene enclavado en el suelo la reproducción del plano de 1503, una idea que se tenía inicialmente.
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