Lo anunciado por el director del museo de cerámica es una realidad. Miguel Ángel Delso anunciaba que la reapertura de las puertas de este centro cultural iría acompañado de una nueva exposición y así será. Será este viernes cuando tenga lugar la reinauguración del museo municipal después de un cierre que ha durado once meses, también de la escuela de cerámica, debido a la falta de una nueva licitación por parte del Ayuntamiento de Aranda de Duero.
Ha sido el artista Javier Ayarza el elegido para inaugurar nuevamente el museo, con la llegada a la capital ribereña de su obra ‘La huella silente’, un recorrido fotográfico por los antiguos alfares del municipio vallisoletano de Portillo tras su registro documental en cinco talleres de elaboración de objetos de barro.
Las imágenes corresponden a una serie de talleres que, a pesar de haber cesado su actividad en las dos últimas décadas, mantienen prácticamente inalteradas sus instalaciones, como si en ellas se hubiese detenido el tiempo.
La exposición, que podrá visitarse hasta el próximo 7 de mayo, se enmarca en el proyecto ‘Re_hacer’, impulsado por el colectivo Néxodos, el Centro de Artesanía de Castilla y León y la Asociación de Alfareros de Portillo. La iniciativa plantea desde 2020 la generación de un nuevo ecosistema creativo en el municipio de Portillo que favorezca el relevo generacional de su tradición alfarera. Para ello propone, por un lado, la puesta en valor del patrimonio inmaterial que representa, y por otro, articular un diálogo entre creación contemporánea y alfarería que estimule una nueva producción artesanal.
Javier Ayarza (Palencia, 1961), es un profesor asociado en la facultad de Bellas Artes de Salamanca. Licenciado en Filosofía y Letras y especialista en Historia y Estética del Cine, su larga experiencia artística ligada a la fotografía tiene su inicio en los años noventa como miembro del colectivo arandino A Ua Crag. Su práctica, en las coordenadas de la fotografía documental a partir del trabajo de archivo, responde a una constante toma de posición crítica sobre la realidad. En la construcción de su narrativa visual tiene un especial protagonismo la memoria del territorio como escenario y registro de la historia e interpretación del tiempo presente. Su trayectoria suma tres décadas de actividad expositiva y su obra forma parte de colecciones públicas como las del Musac, el DA2, el CAB de Burgos, el Centro de Fotografía de la Universidad de Salamanca, y la Junta de Castilla y León, entre otras.
Néxodos es un colectivo dedicado a desarrollar proyectos de creación contemporánea vinculados a territorios de la periferia, la puesta en valor de espacios alternativos y el impulso de formatos de participación ciudadana. Constituido como asociación sin ánimo de lucro en 2018, actualmente lo integran 19 miembros con competencias multidisciplinares en el ámbito del arte y la cultura, cuyo trabajo se localiza principalmente en Castilla y León y Asturias.
“Defendemos la capacidad de producir proyectos de cultura contemporánea desde los territorios de la periferia que habitamos, estimulando una red de conexiones entre todos ellos”, explica Javier Ayarza.
‘La huella silente’ es el segundo proyecto en el que colaboran Néxodos y el Museo de Cerámica de Aranda de Duero. En 2020 trabajaron conjuntamente en la producción de Tierra, agua, fuego, una exposición colectiva con la participación de 19 artistas seleccionados por la utilización de la tierra y el barro como material para la creación contemporánea. Hasta la fecha se ha exhibido en Nexo990 (Monzón de Campos, Palencia), Museo de Cerámica (Aranda de Duero, Burgos) Espacio Cearcal (Valladolid), Museo de Zamora y finalizará su itinerancia este año en el Museo de Palencia.
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