La imagen de la Virgen de la Piedad es la talla que cada Miércoles Santo saca a la calle en procesión la Hermandad de Nuestra Señora de la Piedad y del Santísimo Cristo de la agonía. El próximo año volverá a hacerlo, pero en esta ocasión con la imagen ya restaurada.
Porque es ahora cuando se procederá a efectuar esos trabajos, que correrán a cargo de la Consejería de Cultura de la Junta de Castilla y León. Para ello encarga la labor a un restaurador, que será Juan Carlos Álvarez Sánchez, ya que él ha sido el que ha resultado adjudicatario en la licitación que se ha efectuado. Se licitaba por 3.605 euros y es esa la cantidad que pagará, ya que la oferta no la rebajaba. Y el compromiso es tener la restauración acabada en tres meses. Otra parte igual de dinero pondrá la propia hermandad.
Una imagen, la de la Virgen de la Piedad, que forma parte del patrimonio cultural de la Semana Santa Aranda de Duero y que presenta deterioros y alteraciones que afectan a su correcta conservación.
Se realizó a finales del siglo XVI y representa “la Quinta Angustia de María” de la religión católica, momento en el que la Virgen Dolorosa recibe en su regazo el cuerpo de su hijo tras ser descendido de la Cruz antes de ser sepultado.
Es de dimensiones inferiores al natural, está tallada en madera, ahuecada parcialmente por su parte posterior (con una tapa que impide ver el ahuecado) y policromada en su totalidad. Sus principales deterioros se evidencian en los ensambles y juntas de encoladura, fendas de desecación, faltas y roturas puntuales de volumen y faltas de adhesión de las piezas. También se aprecian deficiencias estéticas y funcionales de los sistemas de anclaje y sujeción de la imagen para ser procesionada y de los elementos de orfebrería que porta.
La imagen está repolicromada y presenta un barniz superficial muy brillante y amarillento que disturba notablemente el cromatismo de la imagen. Por ello, los trabajos a realizar deben estar encaminados a paliar estos deterioros y a reintegrar el color donde no lo hay con el fin de restaurar el potencial estético de la imagen.
Se indica en la web de la cofradía que la Virgen lleva cubierta la cabeza con un manto de color azul, de pliegues suaves en el contorno de la cara, adornado en su exterior y dorado en su interior. En la parte superior deja entrever una toca de color blanco con tonos en dorado que le cubre el pecho, mientras el cuerpo se viste con una túnica de color rojo igualmente decorada. Llama la atención como el escultor tuvo el delicado detalle de tallar un pequeño zapato que se asoma entre los pliegues de los ropajes.
Sobre el autor de esta obra no se conservan datos. Sin embargo, si se tienen en cuenta algunos aspectos técnicos y estilísticos, algunos especialistas indican que podría tratarse de una obra del escultor y tracista soriano Gabriel de Pinedo (1560-1625), quien trabajó de forma intensa en localidades fuera de su provincia, como en Santander, La Rioja o en el propio Aranda de Duero, colaborando en la realización de las obras escultóricas del retablo mayor de la iglesia de Santa María, concluido en 1611. De hecho, existe una imagen de La Piedad, esa sí documentada con la autoría de Gabriel de Pinedo, que comparte numerosas similitudes con la arandina. Esta escultura fue realizada para el retablo mayor de la iglesia del pueblo de La Muedra, y actualmente se encuentra en el Museo Diocesano del Burgo de Osma, ambos municipios sorianos.
Imagen: @Arturo Sanz.
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